“Hay que pegarle dos veces para que funcionen”: protocolo UC ejemplifica con horribles episodios vividos por alumnas
El plantel ha sido cuestionado por los propios estudiantes por la falta de celeridad de la institución para sancionar casos que deningran la integridad de los alumnos.
Tras las denuncias de acoso sexual y trato denigrante a sus estudiantes, la Universidad Católica lanzó un protocolo interno contra el abuso, el que detalla insólitas situaciones que han tenido que vivir los alumnos.
De acuerdo al documento, los profesores no podrán solicitar de tareas o trabajos que vayan en contra de la legítima diversidad de creencias o convicciones relacionadas con la sexualidad, orientación sexual o identidad de los estudiantes. En es línea, el documento recoge dos ejemplo ocurridos al interior de la universidad.
En uno de los casos, para desarrollar la creatividad, un profesor pidió a los estudiantes que crearan una campaña para vincular marcas para adultos con arquetipos infantiles. “Las explicaciones fuera de contexto contribuyeron a que surgieran malas interpretaciones de la actividad, lo cual hizo pensar a algunos estudiantes que debían vender productos para adultos a menores de edad“.
Tampoco se podrá realizar de bromas o comentarios basados en estereotipos de género o relativos a conductas sexuales. Por ejemplo, en enero de 2017, en el anfiteatro de una universidad extranjera con más de 400 estudiantes, un profesor, luego de golpear dos veces el micrófono para que este funcionara dijo, “igual que con las mujeres, hay que pegarle dos veces para que funcionen”. Luego, un profesor en una clase que aborda los temas de contratos, entre ellos el matrimonial, uno de los estudiantes hizo varias preguntas, a lo que el docente contestó: “pero tú no te preocupes tanto de este tema porque a ti no te va a pasar”.
El tercer punto del protocolo habla de la realización de comentarios sobre la apariencia física, vestimenta u orientación sexual de los estudiantes. Aquí, la UC cuenta que en 2016, en una universidad extranjera, un profesor dijo en clase “me distrae el ruido de los bolígrafos y el escote de María”. El docente fue sancionado.
Límites en la relación profesor – estudiante
El protocolo también advierte del acercamiento físico deliberado, excesivo o innecesario con los estudiantes. Por ejemplo, un profesor de física tocaba a estudiantes y colegas cuando enseñaba a utilizar un telescopio. Otra docente, cuando trabajaba con un grupo de estudiantes que estaban sentados, usualmente se encuclillaba apoyando su mano en la pierna de ellos al momento de responder las preguntas.
El documento también abarca el tema de las redes sociales, pidiendo prudencia en el uso compartidas entre profesores y estudiantes para fines no académicos. En ese contexto, se denunció que una académica solía poner “me gusta” a situaciones personales de los estudiantes, especialmente a hombres en traje de baño.
El sexto punto habla de la participación en actividades sociales extrauniversitarias con estudiantes en contextos inadecuados: un profesor en un congreso en el extranjero le solicitara el número de habitación a una estudiante de doctorado para juntarse con ella.
También se ha denunciado un uso inadecuado en la docencia de figuras, dibujos, fotografías o imágenes de internet, que contengan contenido sexual implícito. En este ítem, la UC cuenta que un profesor partió su primera clase con una imagen de una mujer con minifalda, la cual se estaba levantando la polera.