SAE en la Región Metropolitana: algunos desafíos
"La preocupación por la implementación del SAE en la R.M no es menor. En ella se concentra el mayor porcentaje de establecimientos y alumnos, por lo que si no corregimos ahora los problemas que ya se han evidenciado, no sólo estaremos jugando con las expectativas de las familias sino además habremos agravado un problema que pudimos haber evitado".
Magdalena Vergara es Directora Ejecutiva de Acción Educar.
Que el Sistema de Admisión Escolar (SAE) necesita mejoras es innegable. Podremos discutir si el proyecto presentado por el ejecutivo, Admisión Justa, va en la línea correcta –que a nuestro parecer lo hace- , pero en ningún caso es posible dejar de atender los cambios que se requieren para que el sistema se implemente correctamente. Frente a ello, es posible plantear algunos desafíos de cara a la implementación del SAE en la Región Metropolitana.
Lo primero y más urgente, se refiere a la información. Gran parte del problema se presenta porque no se informó lo suficiente ni de la manera correcta a los apoderados y establecimientos. Esto plantea dos cuestiones. Lo primero es dar a entender cómo funciona el sistema, y para eso es necesario que se invierta tiempo en las escuelas para que los padres conozcan y se familiaricen con el SAE. Así, cuando comience la etapa de postulación no se vean enfrentados a un aparato desconocido.
Lo segundo, es entregar la información necesaria para que los padres puedan optar realmente al colegio que ellos quieren. Los datos del SAE muestran que las postulaciones se concentran en unos pocos colegios, que en su mayoría son los de mejor desempeño. Sin embargo, esto también se debe a un desconocimiento importante de la oferta que existe. Normalmente los padres conocen los colegios porque un familiar, vecino o amigo pertenece a dicho establecimiento. Es necesario abrir este campo de opciones implementando nuevas formas de acercar la oferta y diversidad de escuelas a las familias. Aquí los Servicios Locales tendrán una tarea importante respecto de la educación pública.
Por otro lado, el SAE tiene problemas producto de su rigidez. Si bien, su objetivo es legítimo: que todos puedan acceder a las mismas oportunidades. Las restricciones que impone para lograrlo pueden terminar perjudicando a las familias que más necesitan apoyo.
Ejemplo de ello, es la situación de los proyectos que tienen dentro de su misión dar educación de calidad a los niños más vulnerables. El SAE permite priorizar sólo a un 15% de alumnos vulnerables, para los demás corre el sistema de asignación aleatorio. Dado que en general estos colegios han logrado un buen desempeño, muchos padres con buen nivel socioeconómico postulan a ellos, participando en igualdad de condiciones con familias de niveles más bajos, lo que en último término disminuye las probabilidades para una familia vulnerable de quedar asignado e impide que estas escuelas puedan llevar adelante su proyecto educativo. Admisión Justa busca hacerse cargo de ello permitiendo que este tipo de establecimientos pueda aumentar el nivel de vulnerabilidad de sus alumnos dándoles prioridad para ser asignados.
La preocupación por la implementación del SAE en la Región Metropolitana no es menor. En ella se concentra el mayor porcentaje de establecimientos y alumnos, por lo que si no corregimos ahora los problemas que ya se han evidenciado, no sólo estaremos jugando con las expectativas de las familias sino además habremos agravado un problema que pudimos haber evitado. Es de esperarse que en el Senado las prioridades de las familias primen más que las ideas políticas y se apruebe la idea de legislar. Es la única manera de corregir y mejorar nuestro sistema de admisión.