Ministro Ávila afirmó que los Liceos Bicentenario “no se pueden acabar”

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, acusó una “discusión artificial” en el debate por la continuidad de los Liceos Bicentenario, asegurando que estos establecimientos “no se pueden acabar” y van a seguir funcionando con apoyo del Estado.

La autoridad nuevamente abordó la polémica que surgió luego que se informara de una baja presupuestaria para estas escuelas, lo que se revirtió luego que los parlamentarios acordaran reponer los recursos para su ejecución en 2023.

Las dudas iniciales sobre la continuidad de los Liceos Bicentenario generaron las críticas desde la oposición, especialmente desde el ex presidente Sebastián Piñera y el ex ministro de Educación, Joaquín Lavín, quienes pusieron en marcha la política pública a partir del año 2010.

“Es una visión ideológica que va más allá de las razones puramente educativas. Esos mismos argumentos comenzaron a darse hace algunos años respecto de liceos emblemáticos y pasó lo que pasó. Esos mismos argumentos comienzan a darse ahora con lo que destaca en la educación pública”, señaló el ex secretario de Estado.

La respuesta del ministro Ávila

El actual ministro de Educación abordó nuevamente la controversia y aseguró que los cerca de 300 Liceos Bicentenario que actualmente funcionan en el país seguirán existiendo, recibiendo el respaldo del Ejecutivo.

“Eso no va ocurrir en ningún caso. (Los Liceos Bicentenario) no se pueden acabar. Es una falacia”, expresó la autoridad en una entrevista a CNN Chile.

Ávila planteó además que “los liceos bicentenarios se seguirán manteniendo con los aportes del Ministerio de Educación, conservando el sello que los distingue como establecimientos educacionales”.

El secretario de Estado negó además que con la evaluación del programa se esté actuando bajo “ideología o sectarismo”, reiterando que se analizará el funcionamiento de los establecimientos adheridos para una posible ampliación.

Además, el representante del Gobierno aseguró que no se retrocederá en el tema de selección escolar, planteando que la educación como un derecho es uno de los “mínimos civilizatorios” sobre los que trabajará su administración.