Álvaro España y el libro de los Fiskales Ad-Hok: "Son puras falacias"
"Anarkía y Rebelión" no es la típica biografía rock. Es una novela basada en la historia de la clásica banda de punk chileno. Conversamos con su vocalista Álvaro España sobre los hitos del grupo retratados en el libro. "Las historias de la banda son igual de chistosas que las del libro, pero mucho más siniestras".
Es un caluroso viernes por la noche en La Batuta, pero en el escenario no hay una banda: en su lugar, hay una mesa repleta de libros. ¿La razón? Es el lanzamiento de “Anarkía y Rebelión: Una historia de Fiskales Ad-Hok“, un libro de Andrés Valenzuela que se inspira en los más de 25 años de carrera de esta banda fundamental del rock chileno más rebelde. La obra no es una típica biografía rockanrollera: las 400 páginas de “Anarkía y Rebelión” rescata las experiencias del grupo pero se toma varias licencias creativas.
“Primero que nada, el libro son puras falacias, es todo mentira”, dice entre risas Álvaro España, vocalista y miembro fundador de Fiskales Ad Hok. “No, nosotros contamos anécdotas. Nos entrevistaron por separado y Andrés, basado en partes reales, lo mezcló con ficción y le puso su parte novelesca. No es un libro biográfico“, subraya. “No está apegada 100 por ciento a la verdad, pero a nosotros nos da lo mismo. El autor nos pidió permiso para hacer una novela basada en historias nuestras y es eso básicamente. No es para nada un texto biográfico”, reitera el vocalista.
¿Qué tanta distancia hay entre la “versión novelada” y la historia “como ocurrió”? Escogimos 5 hitos del libro para comentarlos con Álvaro España.
1.- Borracho en la Comisaría: Según el libro, Roly (bajista de la banda) y Álvaro y se conocen en el calabozo de una comisaría de Santiago Centro. Allí sostienen un diálogo que no se aleja mucho de la letra de su clásico tema “Borracho“: hablan de política, tratan de conseguir un cigarrillo y terminan recibiendo patadas del sargento de turno.
¿Sucedió así? “Básicamente, no. Con el Roly, las primeras veces que nos juntábamos, terminábamos en una comisaría, eso es verdad, eso fue una experiencia de esa época, pero la primera vez que nos vimos fue en la calle, yo iba caminando por una vereda y él por la otra, los dos teníamos una pintas muy estrafalarias y nos quedamos mirando. En ese tiempo eran muy pocos los hueones alternativos, no era como ahora que la gente se viste más loca. Antes era todo muy formal, estoy hablando del ’84, una hueá así. Y nada, nos vimos en la calle y nos cagamos de la risa por las pintas, ahí nos hablamos y nos fuimos haciendo amigos, carreteamos, etcétera”, explica España.
2.- El fugaz paso por un sello “grande”: Con el boom de bandas chilenas en los 90s, los Fiskales Ad-Hok fueron fichados por una multinacional para su segundo disco. Parecía una buena oferta; la opción de tener a alguien financiando horas de grabación y carrete. Pero a la larga resultó demasiado buena para ser cierta.
“Fue una hueá rara que pasó en los ’90. Fue como un boom del rock alternativo y del rock chileno alternativo. Los sellos estaban en su apogeo en esa época, vendían mucho y les iba muy bien, tenían oficinas grandes y todo, antes de que cagaran con la bajada de música por internet”, recuerda Álvaro. “En ese momento de boom del rock nacional, obviamente nos querían tener fichados. Como no nos gustaban las grandes multinacionales, llegaron a nosotros a través de un anexo que se llamaba Culebra, pero que en el fondo era una hueá falsa, pertenecía a BMG. Y nosotros, pendejos igual, segundo disco, nos ofrecían ene hueás buenas, como grabar en mejores estudios, hartos beneficios, y probamos. Pero no nos gustó la onda. Después de eso hicimos nuestro propio sello como independientes, que es CFA (Corporación Fonográfica Autónoma), para editar nuestros discos, y cachamos que esa era “la mano”. Los sellos potenciaban más el pop, te tenían ahí para la “chapa” pero como que no te daban mucha pelota en realidad”.
3.- Quedarse tirados tras una tocata: “Anarkía y Rebelión” está repleto de historias de tocatas. Caóticos shows donde los acordes corren tan rápido como la cerveza y a veces no queda otra que aperrar y caminar porque alguien olvidó arreglar la movilización de vuelta a casa.
“Puta, esa hueá nos pasó más de una vez, caminamos muchos kilómetros… Los primeros 10 años de Fiskales fueron puras perrerías, irse a pata, en micro, estar presos en todas las comisarías del centro. Tenía que ver mucho con la época misma”, recuerda Álvaro.
4.- La tocata en la ex Penitenciaria del año nuevo de 1999: es un momento no tan conocido de la historia de la banda, y que les permitió presentarse ante un público compuesto por presos políticos. El emotivo relato que hace Andrés Valenzuela en el libro no se aleja mucho de lo que España recuerda al ser consultado al respecto.
“Tocamos un 1 de enero de 1999. Creo que fue la tocata más emocionante que tuvimos, y fue muy poco publicitada porque se supone que no podíamos entrar, fue un arreglo. En ese tiempo habían 56 presos políticos, que estaban todos juntos en un mismo pabellón. Después los separaron, pero en un principio estaban todos juntos y lograban ene cosas con Gendarmería en forma interna. Me acuerdo que consiguieron un permiso para que pudiéramos entrar a tocar, pero no se podía saber mucho, porque era medio “pa callao”.
“Fue una tocata muy emocionante, porque estuvimos con gente que nosotros admirábamos mucho, por ser luchadores, idealistas, que nos caía bien, además que nos cae mal que la gente esté presa por política. Ellos nos apoyaron y nos dieron la mano para que pudieramos estar ahí. Fue alucinante, la gente se volvió loca adentro y fue… puta, muy bonito. Una de las tocatas que siempre vamos a recordar como algo importante que hicimos alguna vez“.
5.- La gira europea o “hoy es martes, debe ser Hamburgo”: Con un mundo globalizado, la posibilidad de que una banda independiente haga una gira por el viejo continente no parece tan lejana. Los muchachos cumplieron con una maratónica agenda de tocatas en diversos países de Europa, que el texto destaca entre los hitos de la banda.
“Yo, más que un hito, lo recuerdo como una experiencia”, manifiesta España al respecto. “Era irse dos meses y hacer treinta y tantas fechas… Era tocar casi todos los días; tocar, viajar, tocar, viajar. Para un músico es el medio training, una hueá que no haces nunca acá, en ningún lado: dos meses tocando casi a diario. Fue súper agotador”.
“Hicimos la gira dos veces, el 2000 y el 2002. Hubo caleta de anécdotas, hueás graciosas, cuáticas, peligrosas, de todo; muchas aventuras. Era viajar y tocar en centros sociales, casa okupa, festivales, miles de cosas… Fue bien entretenido. Y como te digo, no lo tomamos como un hito, sino como una experiencia alucinante, que te fortalece caleta como músico y como persona”.
¿Hay o no hay distancia entre el relato novelado de “Anarkía y Rebelión” y la historia real de Fiskales? Álvaro España: “Como dije la otra vez: La realidad es mucho peor de lo que sale en el libro, mucho peor… Las verdaderas historias son mucho más negras. Chistosas igual, pero mucho más siniestras. Te lo puedo asegurar“.
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El libro “Anarkía y Rebelión”, de Andrés Valenzuela, está disponible en la Feria Chilena del Libro, tiendas The Knife, Real Music y Rebel Music, y online a través de Bigstore.cl.