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Actualizado el 20 de Abril de 2018

Rapaz, el corto que retrata las violentas detenciones ciudadanas chilenas llega a Cannes

"Se ocupa mucho al ladrón como una especie de chivo expiatorio, para liberar rabia, para liberar frustración", dijo el director.

Por Consuelo Olguín
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Se le dice rapaz a aquellas aves que cazan sus presas usando sus picos y garras afiladas, desgarrando la carne para alimentarse. Esa es la analogía que quiso mostrar Felipe Gálvez en Rapaz, película que retrata las detenciones ciudadanas en Chile y que va a ser estrenado en La semana de la Crítica de Cannes. “Cuando se junta el tumulto son como buitres que sobrevuelan a esta persona”, dice el director del corto.

Grabada en Plaza de Armas, la historia parte desde el momento en que un hombre frena a un joven que va corriendo en pleno centro de Santiago. Acusado de robar un celular, queda retenido por los transeúntes que toman cartas sobre el asunto antes de la llegada de Carabineros, minutos que parecen ser eternos cuando se trata de violencia. En ese escenario emergen personajes que radicalizan sus posiciones.

Gálvez dice que nunca le tocó presenciar una detención ciudadana. Pero dos de sus amigos se vieron involucrados y cada uno le contó su experiencia ante esa situación que los ponía al límite. Luego, a modo de referencia, vio en YouTube “Detenciones Ciudadanas 2.0”, un compilado de más de 100 situaciones de ese tipo en el país.

“Esto pasa a las 11 del día, la gente está trabajando. Hay que tener ganas de detenerse a ocupar tu tiempo en esto que es muy mala onda, hay que tener ganas de amarrar a alguien, de querer participar. Gente que detiene sus vidas para participar en esto”, indica.

A su juicio, esa violencia es síntoma de algo mayor, reflejo de un malestar generalizado con el sistema. “Se ocupa mucho al ladrón como una especie de chivo expiatorio, para liberar rabia, para liberar frustración. Es una excusa para sacar otro tipo de cosas (…) La gente está muy enojada con lo que pasa en el Sename, pero si encuentran a ese mismo menor de edad en la calle robando, prácticamente lo matan”.

Protagonizada por Roberto Farías, Andrew Bargsted y Claudia Cabezas, el corto tiene una visualidad vertical, simulando la grabación desde un celular. Con ese formato, el director quiso mostrar dos aspectos de la sociedad; el registro de la vida cotidiana plasmada en redes sociales, así como también la relación vertical entre las personas como fenómeno global, donde “hay gente que se siente superior en todas partes”.

“Es un cortometraje muy sensorial, involucra a quien lo ve de una manera visceral, es como si estuviera entremedio de la situación viviendo de cerca esa violencia”, finaliza Gálvez.

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