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11 de Enero de 2013

Oscura historia: Cárcel de Guantánamo cumple 11 años pese a las promesas de Obama

En el centro de detención norteamericano, ubicado en Cuba, aún alberga a 166 personas, muchas sin haber recibido cargos formalmente. El mandatario no ha cumplido su promesa de cerrar la prisión que él mismo definió como un "triste capítulo de la historia estadounidense".

Por Redacción
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A 11 años de la fecha en que los primeros prisioneros fueron trasladados al centro de detención norteamericano, ubicado en una base de ese país en la provincia cubana del mismo nombre, activistas de todo el mundo siguen exigiendo al mandatario Barack Obama, el cierre inmediato del enclave en el que aún permanecen decenas de personas, muchas sin haber recibido cargos formalmente.

La situación ha sido denunciada en numerosas ocasiones por organizaciones de derechos humanos, que también reportan los abusos y torturas practicados por el personal de la prisión contra los reos sospechosos de terrorismo.

Sin ir más lejos, en esta misma semana la ONG Amnistía Internacional  pidió el cierre a Obama el cierre definitivo del centro de detención de la base naval de Guantánamo, informa RT.

Por este agujero negro del derecho han pasado 779 hombres, todos musulmanes, de los que nueve han fallecido en reclusión. Quedan allí 166, de los que 86 han sido exculpados de todo cargo. A otros 46 se les ha asignado la detención indefinida sin juicio ni imputación. Estas y muchas otras cifras y datos sobre las violaciones de derechos humanos en la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo son difundidos una y otra vez por el Centro para los Derechos Constitucionales, ocupado en el seguimiento del limbo legal creado por el presidente George W. Bush, consigna El País.

Esta ONG estadounidense dedicada a la defensa legal de detenidos se encarga de recordarle continuamente al presidente Obama esta y otras promesas incumplidas en el capítulo de derechos humanos y libertades.

A diez días de asumir su segundo mandato Obama todavía no ha cumplido su promesa de cerrar la polémica prisión que él mismo definió de “triste capítulo de la historia estadounidense”. 

Con todo, hay que precisar que la mantención de este lugar no es responsabilidad exclusiva del presidente, puesto que el Congreso de mayoría republicana ha interpuesto todos los obstáculos que ha podido para impedir el traslado de los presos a cárceles de EE UU y su juicio por la jurisdicción ordinaria.

El pasado 2 de enero, el mandatario hizo una nueva declaración en referencia a Guantánamo, alegando que su funcionamiento resultaba un gasto inútil para el presupuesto nacional. Y es que, según cálculos oficiales, el monto anual que requiere el mantenimiento de un reo allí se estima en unos 800.000 dólares.

Sin embargo, Obama firmó la ley de autorización de la defensa nacional, contradiciéndose, ya que él mismo la había criticado por poner obstáculos en el camino de hallar una solución para los casos de los prisioneros del centro penitenciario. Numerosos analistas vieron la aprobación de esta norma como la señal inequívoca de que el cierre de la prisión en un futuro más próximo que lejano es poco probable.

“Es una forma más de tratar de humillar a los cubanos con la presencia de este emporio de torturas, de crimen y de violación de los más elementales derechos de los seres humanos dentro del territorio de Cuba”, señaló el analista militar David Urra.

“Soluciones -no excusas- deben ser encontradas para poner fin a las violaciones de los derechos humanos” en Guantánamo, señala Frank Jannuzi, de Amnistía Internacional.

“Es desalentador que el presidente continúe queriéndose atar las manos a la hora de cerrar Guantánamo”, dijo por su parte Dixon Osburn, de la organización Human Rights First.

El reino del horror 

Representantes de la ONU ha revelado que los prisioneros son interrogados, usando luces con excesivos brillos, sometiéndolos a condiciones de extremos calor o frío y privándolos del sueño, entre otras prácticas. Estas torturas y el polémico simulacro de ahogamiento llamado ‘waterboarding’ fueron autorizadas por el entonces presidente Bush

Murat Kurnaz un ex prisionero de Guantánamo, cuya culpabilidad nunca se comprobó, cuenta que “me dispararon con agua después de que viera algunas cosas. Vi matar a alguna gente delante de mí. Algunos de ellos fueron golpeados en la cabeza las suficientes veces como para matarlos. Otro estuvo colgado de una cadena hasta que falleció”.

Mientras continúan los debates acerca de la legalidad de la existencia de la cárcel y sobre la imparcialidad de sus tribunales, a fines de este mes se llevará a cabo la próxima audiencia preliminar de cinco detenidos que enfrentan cargos relacionados con la organización de los atentados del 11 de septiembre. Hasta ahora sus casos han sido tratados bajo alto secreto presuntamente por motivos de seguridad.

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