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10 de Marzo de 2014

“Hubiera preferido que Adam no naciera”, dice el padre de adolescente que mató a 27 personas en tiroteo

En diciembre de 2012, Adam Lanza (20) asesinó a su madre y luego se dirigió a la escuela primaria Sandy Hook, en Newton (Connecticut), donde antes de suicidarse mató a veinte niños de entre seis y siete años y a seis adultos. Padecía síndrome Asperger.

Por EFE
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Robert Lanza, el padre del asesino de la escuela Sandy Hook, rompió su silencio más de un año después, mortificado sobre qué podría haber hecho para evitar la matanza cometida por su hijo, de quien desea que no hubiera nacido nunca.

Cualquier variación en lo que hice y cómo era mi relación tenía que haber sido buena, porque no hubo peor resultado”, asegura Peter Lanza en una entrevista a la revista The New Yorker que se publicará en su próximo número y que puede verse hoy en su edición digital.

El 14 de diciembre de 2012, Adam Lanza (de veinte años) asesinó a su madre y luego se dirigió a la escuela primaria Sandy Hook, en Newton (Connecticut), donde antes de suicidarse mató a veinte niños de entre seis y siete años y a seis adultos.

Robert Lanza, quien en los últimos meses mantuvo seis largas entrevistas con el periodista Andrew Solomon, reconoce que le da constantemente vueltas a la cabeza. “¿Cuánto me mortifico por el hecho de que es mi hijo?. Mucho”, admite.

Cuando le preguntan qué hubiese sentido si hubiese podido ver a Adam otra vez, Peter Lanza responde que no sería capaz de reconocer a su propio hijo, al que vio por última vez casi tres años antes de la matanza.

Lanza, divorciado de Nancy Lanza unos años antes de la tragedia, recuerda que su hijo tuvo problemas desde la niñez, cuando le diagnosticaron el síndrome de Asperger, y reconoce que los problemas se agravaron progresivamente con la adolescencia.

El síndrome de Asperger es un conjunto de problemas mentales y conductuales que forma parte de los trastornos del espectro autista, en el que la persona afectada muestra dificultades de gravedad variable en la interacción social y en la comunicación.

“Adam no se abrió a la terapia. No quería hablar sobre los problemas y no quería admitir que tenía Asperger”, recuerda su padre, quien desde la matanza ha tenido ocasión de reunirse con los familiares de dos de las víctimas.

Desde aquel día tiene pesadillas casi a diario, sueños en los que siente “más tristeza que miedo”, según cuenta a The New Yorker, aunque reconoce que cree que su hijo también le habría matado si hubiese tenido la oportunidad de hacerlo.

“Sé que Adam me hubiera matado sin dudarlo si hubiera tenido la ocasión. No lo dudo ni un momento”, responde Peter Lanza, quien cree que el joven mató a su madre de cuatro disparos, uno por cada miembro de la familia: sus padres, su hermano Ryan y él mismo.

Durante la entrevista, Lanza reconoce que en algún momento quiso cambiar de nombre. “Me pongo a la defensiva con mi nombre. No me gusta decirlo en alto y llegué a pensar en cambiármelo, pero hubiese sido distanciarme de mi mismo o intentar negar lo ocurrido”, dice.

Peter Lanza recuerda que los problemas de su hijo se agravaron al terminar el instituto, de forma que pasaba largas horas encerrando, a veces llorando, e incluso llegar a fantasear con enrolarse en los Rangers, una unidad de élite del Ejército estadounidense.

El padre del joven guarda varias carpetas con copias del intercambio de correos electrónicos que mantuvo con Nancy Lanza sobre el empeoramiento de los síntomas de Adam, que poco a poco empezó a interesarse en las armas y los asesinatos en masa.

Lanza recuerda que Nancy empezó a enseñar a su hijo a disparar y a llevarle a campos de tiro, pero en los últimos años sus mensajes muestran un optimismo que los hechos parecen refutar (se encerraba continuamente en su cuarto y apenas hablaba con su madre).

En sus correos electrónicos, Nancy le contaba que Adam “no quiere verte”, y que estaba “desalentado y llorando” cada vez que le mencionaba la idea de ver a su padre, a quien dejó de responder los emails un año antes de la matanza.

Las autoridades no han podido establecer los motivos de la masacre pero Lanza niega que sean por el Asperger. Ese síndrome “hace a la gente rara, pero no hace que sean así”, por lo que cree que “ocultaba” otro problema psiquiátrico de mayor envergadura.

Sobre su exesposa, cree que el optimismo de una madre de pensar que podría haber solución para Adam le impidió pedir ayuda. “Quería que todo el mundo creyera que las cosas iban bien”, responde Peter, quien niega que Nancy llegara a intuir lo peligroso que era.

El día de la matanza se enteró de lo ocurrido a través de la televisión. “Estaba en el trabajo y pensé: ‘a esa escuela han ido mis dos hijos’. No podía concentrarme en el trabajo y al llegar a casa me encontré a la policía”, rememora.

Peter Lanza se encargó del funeral de su exesposa Nancy en el estado de Nuevo Hampshire y cuando le preguntan si hubiese organizado otro por su hijo responde: “No tengo ni idea, y nadie lo hará jamás”.

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