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30 de Abril de 2014

Vicepresidenta del Comité de Derechos del Niño de la ONU: "No es justo que canonicen a Juan Pablo II"

En entrevista al think tank Asuntos del Sur, Sara Oviedo, dice que la decisión de canonizar al papa Juan Pablo II, es un "chirlazo en la cara" para quienes denunciaron por años abusos de miembros de la iglesia y no fueron escuchados.

Por Asuntos del Sur
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Formar parte del Comité de los Derechos de los Niños de la ONU era el siguiente paso lógico en la vida de Sara Oviedo, socióloga ecuatoriana que ha trabajado más de 30 años por la niñez. El Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia, el Plan Decenal, el Instituto Interamericano de la Niñez son todas experiencias que Sara ha liderado y que la han posicionado como la figura visible en el frente por la defensa de los derechos de los niños.

Ser parte del Comité de los Derechos de los Niños que presentó el Informe sobre el Vaticano y los casos de pederastia no es una coincidencia. Sara Oviedo escogió ser parte de uno de los informes más importantes de la historia de la causa infantil: en Ginebra, el Vaticano se enfrentó a un duro examen sobre el tema. A poco más de 24 horas de la canonización de Juan Pablo II, el clamor de las víctimas de pederastia por que se suspenda el acto a su favor no ha sido escuchado. La canonización de Wojtyla, quien ha sido reconocido como uno de los grandes encubridores de la iglesia, es en palabras de Sara, un “chirlazo” en la cara del Comité.

El incumplimiento de la Convención de los Derechos de los Niños es el eje de las observaciones que el Comité hiciera al Vaticano. A ello, además, se suma el reproche ante la falta de cumplimiento por parte de ese Estado de las observaciones anteriores del Comité. Pero además, la clave del Informe está en la Legislación del Vaticano y cómo esta se contrapone directamente a la protección de los derechos inherentes a la niñez.

La legitimidad se construye alrededor de la confianza, no en las ofertas de los voceros del Vaticano sino en las víctimas. El mensaje transmitido fue “no les creemos” y el poder de ese mensaje sentó un precedente. El Comité no cedió ante la presión que implica examinar a un estado como el Vaticano. Por el contrario, la fortaleza del Informe ha puesto en el ojo público la urgencia por que se acojan a las recomendaciones y se actúe a favor de las mismas, inclusive aquellas planteadas desde 1995.

-Queríamos hablar un poco de Juan Pablo II en específico ¿por qué, a estas alturas, tras la muerte de Maciel, que además era protegido de Juan Pablo II, los legionarios de Cristo han iniciado el pago de indemnizaciones a las víctimas de Maciel? ¿El Comité trató algún tema específico relacionado con las indemnizaciones?

 Si, si, si (asiente). Me parece que se les preguntó de tres distintas formas: Primero, si había habido indemnizaciones; segundo, cuánto más o menos estaban siendo consideradas; y, tercero, por qué en unos casos y no en otros. Estos fueron los aspectos que se toparon del asunto y me parece que sí se van a seguir pagando indemnizaciones. Pero es que la actitud era a todo si pues (risas de las entrevistadoras y de Sara), era todo “si”, “en eso estamos”, que creo que a la larga hizo que el informe y la forma de intervenir haya sido tan fuerte porque a las personas maduras si nos queda molestando un trato así ¿no?

-Justamente con lo que mencionábamos antes respecto al papa Juan Pablo II, ¿qué piensa usted de su canonización? ¿Le parece justo?

¡Cómo me va a parecer justo!. En momentos en los cuales hemos presentado el informe, hemos pedido que se comience a actuar en esa línea, no sólo el Comité sino el mundo entero, estamos esperando signos que demuestren que hay un acto de comprensión real a implementar las cosas que se les ha pedido y que en ese momento haya una beatificación de una persona que ha encubierto tanto es como darnos un chirlazo en la cara y decir: “saben que ustedes no nos importan para nada, nosotros vamos a seguir haciendo las cosas.” Es un muy grave ataque a la justicia y a todo.

-Es de una lectura particular lo que ha hecho el papa Francisco ahora. Por un lado, ha sido el impulsor más grande de la beatificación o canonización de Juan Pablo II pero, por otro lado, también se ha manifestado abiertamente sobre las sanciones a los pederastas. Como católica, ¿cómo es la lectura de esa actitud del papa Francisco?

Yo pienso que existen muchos intereses, es como cualquier Estado, lleno de intereses, intereses de distintos grupos. Responden también a la necesidad de tener el control de la plata del vaticano, de la moral del mundo, porque habrá quienes estén esperando y midiendo eso, todos los poderes posibles dentro de la Santa Sede. Cualquier papa que entra puede entrar porque calza con algunos de esos poderes o logra negociar con esos poderes. Yo no creo que haya, en esta decisión del padre, nada de espiritual y nada de doctrinario. Es tan terrenal como cualquiera de las decisiones que se toman en cualquiera de los Estados. ¿Quien le sustituye?, alguien que vaya a representar los intereses que en ese momento están en juego y los que quieren imponerse, y uno de los intereses era que se beatifique el santo padre. Entonces,  si tu aceptas el papado tienes que ser coherente con eso, por un lado. No le libro de responsabilidades al papa de ninguna forma pero todos, todos respondemos, en ese nivel, se responde a intereses ¿no?

 

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