FOTOS | El señor de las sorpresas: La mente detrás de los juguetes escondidos en los huevos Kinder

Todos alguna vez les pedimos a nuestros padres que nos regalaran un huevo Kinder, conocidos en esta parte del mundo como Kinder Sorpresa, para poder descubrir que mágico juguete se encuentra escondido detrás de su capa de chocolate.

Pues el encargado de hacer que millones de niños en el mundo queden maravillados con estos regalos es el alemán Uwe Gruenewald, quien desde hace 20 años es el encargado de diseñar los muñequitos que se esconden en los huevos de la empresa italiana Ferrero.

Gruenewald, quien se dedicaba a crear accesorios de sonido antes de entrar al mundo de los juguetes, siempre viaja a todos lados cargado de sus creaciones. “Forman parte de la familia, claro; mis hijos son los primeros que testan lo que yo hago; gracias a ellos sé si la sorpresa funciona o no”.

 

Y es que desde 1974 que Ferrero decidió que su producto estrella, el huevo Kinder, debía traer en su interior un regalo para sus pequeños destinatarios, lanzando a la fecha más de 8.000 juguetes distintos, cerca de 200 al año y donde destacan hipopótamos, cocodrilos, coches, pitufos, rompecabezas, robots y elefantes.

La mente detrás de los Kinder Sorpresa asegura que ya tiene lista la ‘colección 2018’, la cual mantiene en secreto, y asegura que uno de sus principales desafíos es adelantarse al cambio en los gustos de los niños. 

“Cuando comenzó el huevo sorpresa no había Internet ni consolas de videojuegos ni móviles, así que también ha cambiado la filosofía del diseño, pero el objetivo se mantiene: sorprender, que el niño, al romper el chocolate, diga ah!!! Es crear un acontecimiento, una ilusión, como comprar la lotería”, indicó a El País de España.

Para graficar este cambio en materia de juguetes, Gruenewald muestra los Twinshead, muñecos con un cordón para colgar del móvil, y explica que “la cabeza se separa del cuerpo y se intercambia con otros cuerpos; al girar la cabeza se produce un ruidito que encanta a los niños”.

“En cada ejemplar hay un doble juego. Este elefante tiene una cara graciosa, pero además en su mano lleva un taladro. Esa ironía no la cogen los niños, pero sí sus padres. Siempre busco al menos una doble intención”, señala.

El proceso de creación es bastante peculiar, puesto que Uwe Gruenewald dirige un equipo de 12 personas que se dedica a pensar e imaginar; mientras otro equipo se encarga de la producción, el cual pasó del proceso manual al uso de tecnología 3D y así eliminar cualquier error.

Entre las variedades de juguetes se encuentran los muñecos de una pieza, puesto que “hay niños que gustan más de estos, no depende tanto de la edad como de los caracteres”.

También hay que pensar en el sexo de los pequeños receptores, donde “la actitud es diferente según el objeto. Si una niña descubre un coche, no le entusiasma, pero lo acepta, juega con él; pero si a un niño le toca un anillo, directamente lo tira. Por eso lanzamos en algunos países una línea para niñas”. 

Sin embargo, la premisa siempre es la misma, el objeto debe caber en una cápsula de cuatro por dos centímetros y su costo no rebasar unos céntimos de euro.

Por su parte, Gruenewald se muestra agradecido de internet, el cual ha generado una verdadera kindermania y recalca orgulloso que “el récord de las subastas es un pitufo con flauta, por el que se pagan 10.000 euros”.