El raro caso de quienes sufren el síndrome del acento extranjero: "Un día desperté hablando como francesa"
Un día Julie Matthias se despertó y notó que hablaba con un marcado acento francés sin ninguna causa aparente. Ella es una de las personas que sufren el desconocido "síndrome del acento extranjero", el cual hasta el momento no tiene una causa aparente.
Un 2011, la ciudadana británica Julie Matthias se levantó de su cama y notó que hablaba inglés con acento francés. “El día antes, sin saberlo, había sido la última vez que escuché mi propia voz”, expresó una de las personas que sufre un mal llamado el “síndrome del acento extranjero”.
Matthias habla inglés de manera fluida, pero suena como si fuera nacida en otro país, y asegura que este condición puede estar vinculado con un accidente automovilístico que sufrió en el pasado, puesto que “después del accidente sentía que mi cabeza iba a explotar. “Mis articulaciones se debilitaron, algunas veces creía que me quedaba sin aire. Prefiero parir nuevamente y sufrir ese dolor antes que pasar por aquel dolor otra vez”.
La mujer relató a BBC Mundo que a pesar de visitar a neurólogos y diversos especialistas, no se ha podido determinar un diagnóstico definitivo sobre las causas de lo que sufre. “La gente piensa que estoy de broma con esto. Simplemente les parece algo divertido que tenga un acento”, expresó.
Por su parte, Sheila Blumstein, científica de la Universidad de Brown, explicó que “cuando hablamos, lo hacemos con una melodía y un ritmo. Y es allí donde estos pacientes experimentan los cambios”, por lo que entonación de la voz al hablar sería una de las llaves para aclarar el origen de este síndrome.
Y es que en 2012, la científica Anja Kuschmann, de la Universidad de Glasgow, encontró matices en la forma en que los afectados con el síndrome del acento extranjero enfatizaban algunas palabras cuando hablaban.
“Ellos utilizan las mismas tonalidades que las personas sin el síndrome, pero lo que observamos es que lo utilizaban más a menudo. En vez de resaltar algunas palabras, ellos resaltaban la mayoría”, expresó.
En tanto, Matthias sigue sin saber la causa de su acento francés y “esto trastorna por completo tu identidad. Pierdes de alguna manera lo que eres. Es duro mirarse al espejo y hablar, porque esa no es mi voz”.
Y esto ha hecho que muchos de los afectados por este mal se sientan como “extranjeros en su propio país”.
“Un día un taxista trató de cobrarme el doble por una carrera que había tomado dos días antes. Los conductores de buses me trataban como si estuviera sordo o fuera estúpido”, relató Kath Lockett.
Sin embargo, Julie Matthias no pierde la esperanza de volver a hablar en forma normal. “Yo trato de ver el lado bueno: esta condición no es una sentencia de muerte. Podría ser algo peor. Y por eso tenemos que estar agradecidos. Lo único es aprender a pelear todos los días y tratar de salir adelante”, sentenció.