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10 de Enero de 2017

Lapidario diagnóstico sobre la televisión de un neuropsicólogo: “Es imposible no atonte”

El especialista advirtió sobre los riesgos que corren los menores al dejar de lado los juegos por encerrarse frente a una pantalla, situación que recae principalmente en los padres.

Por Redacción
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Nacho Calderón, fundador y director del Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía Aplicadas (INPA) en Madrid, España e integrante del equipo de Neurological Rehabilitation International Consultants, advirtió sobre los riesgos que corren los niños con el uso de dispositivos móviles como celulares o tablets, e incluso con el exceso de televisión, el que puede ir desde el aumento de la agresividad a la hiperactividad.

Si el niño tiene menos de 14 años al regalarle un dispositivo digital de pantalla ya sea tablet o móvil estamos creando un perjuicio y si no lo medimos puede ser grave“, advierte el especialista. En ese sentido, agrega que “lo que más importante para el desarrollo cerebral y neurológico es el juego, es lo que mejor desarrolla el sistema nervioso. Y cuando están delante de una pantalla están perdiendo tiempo de juego y les hago darse cuenta de que cuando cumplan 14 años, aunque no existieran móviles o no existieran pantallas, ya no van a jugar más”.

“¡Es una perdida tan grave la que están sufriendo los niños hoy en día por culpa de las pantallas en cuanto al tiempo de juego! Es gravísimo el perjuicio que les estamos haciendo“, señaló, preocupado.

Calderón explica que la importancia de que los niños jueguen se debe a que “permite desarrollar habilidades y relaciones entre los elementos que luego van a necesitar en su vida adulta. En el juego un niño tiene que desarrollar habilidades de solución de problemas”. En el caso de que prefieran encerrarse con un dispositivo, asegura que cuando lleguen a la edad adulta, lo harán “sin haber puesto en práctica determinadas formas de relación y determinadas resoluciones de problemas cuya única forma de alcanzarlas es mediante el juego“.

Es por eso que el médico expresa su preocupación ante el aumento considerado de menores que adquieren un aparato electrónico a tan temprana edad, sobre todo en épocas como Navidad. Aún así, cree que no es necesario prohibirlos del todo, principalmente en centros educativos, ya que “debe ser un elemento más pero no el único elemento. Como elemento aislado puede ser útil pero de vez en cuando. Lo que no podemos hacer es solamente enseñar a leer a través de la literatura sino que hay que hacer muchos juegos, no puedes enseñar matemáticas solamente con una calculadora. Por eso, no puedes enseñar únicamente ahora con un dispositivo electrónico de pantalla porque entonces estás arruinando la educación“.

El abuso de las pantallas en los niños, advierte, podría provocar que se vuelvan “más agresivos hacia el entorno y más agresivos contra sus padres. Punto uno. Pierden la capacidad de juego y por tanto pierden empatía. Cambia mucho el humor. Punto dos”.

“Tienen dificultades para conciliar el sueño. Las tablets y los móviles emiten una luz llamada ‘luz azul’ que tiene un efecto similar al de la cafeína en el sistema nervioso y hace que aumenten los tiempos de vigilia. Los niños tardan más en conciliar el sueño, duermen menos y consecuentemente tienen menos atención porque lo que más afecta a la atención es la falta de sueño”, precisa, y agrega que esta misma luz podría provocar un nivel de dependencia, por lo que el menor al estar frente al profesor y no sentir esta ‘luz azul’, le va a costar entenderle y se va a desconcentrar con más facilidad.

En los casos más extremos, Calderón postula que podría provocar “problemas graves de conducta, muy muy graves de agresividad, de aislamiento social, niños que ya solo saben vivir a través de la pantalla. En casos en los que hay una patología previa como puede ser el autismo se pueden dar casos graves donde la desconexión con el ambiente es máxima y problemas de aislamiento muy muy graves”.

Además de las tablets y smartphones, el problema también se puede remitir a la televisión, aparato electrónico que ha estado en los hogares desde mucho antes que los dispositivos móviles. Al respecto el neurocirujano sostiene que “es imposible que la televisión no atonte. La televisión siempre se la ha llamado la caja tonta y no porque la caja sea tonta sino que los tontos son los que están delante. Hace muchos años cuando tenía 12 años vi un programa en la televisión que se llamaba ‘La Clave’ y el programa trataba sobre la televisión, sobre sus beneficios y perjuicios, hablo de 1978. Llevaron a un filósofo que no recuerdo su nombre y no tenía televisión. Le preguntaron por qué no tenía televisión. Y dijo: ‘porque me quita mucho más de lo que me da’. Esa frase sigue siendo cierta hoy con todos estos dispositivos. Y es muy importante pensar qué nos da la televisión y que nos está quitando…”.

La principal solución que plantea para no llegar a estos casos es que se eduque a los padres “en el perjuicio que estos elementos están creando para que así sepan racionalizarlos (…) El nivel racional es el uso de pantallas tipo tablet o móvil exclusivo para educación y hasta entonces nada más, eso es lo racional”, consignó el portal Actuall.

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