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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Aysén “a secas”

¡Cuántos más insignes exploradores se necesitarían hoy para la prosperidad y desarrollo de esa extensa región de hermosos parajes todavía inexplorados!

Por Anibal Wilson
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Anibal Wilson es Periodista sin título, pianista aficionado, amante de la música, esa que da sentido a la vida, como también amante de la naturaleza, especialmente de ese sur maravilloso que "termina" donde terminan los hielos: Ice-End…

Ya sin Hidroaysén, ¿no sería más razonable y provechoso hablar ahora de Aysén a secas, conociendo más de su historia, su cultura, su gente y sus justas demandas y la riqueza indescriptible de su territorio?

Citar, por ejemplo, un libro de una mujer patagona de tomo y lomo, Luisa Ludwig, “Puyuhuapi Curanto y Kuchen” que trata de un asentamiento humano perdido en la selva del litoral aysenino, donde las anécdotas de sus años de soledad evocan al mítico Macondo.

Danka Ivanoff, investigadora de la historia regional, dice en el prólogo del libro que la historia de Aysén se asemeja a un gran rompecabezas al que aun le faltan varias piezas para ser completado. Y agradece a la autora por entregar a Aysén una pieza más para armar y conocer el rompecabezas de su historia.

Augusto Grosse, (citado en un matutino días atrás en una interesante crónica sobre “Ofqui, quimera de la Patagonia”) fue uno de los cuatro colonos alemanes que luego de mil dificultades logró primero llegar con un grupo de chilotes, para empezar después a despejar la selva virgen con enormes sacrificios y fundar ya en 1935 el pueblo de Puyuhuapi. Dos años después, pasa un barco a bordo del cual viaja el Ministro de Obras Públicas y este le ofrece a Grosse una tarea fascinante: este acepta y cambia definitivamente la vida de colono por la de Explorador de Aysén. Su labor fue encomiable. ¡Cuántos más insignes exploradores como este se necesitarían hoy para la prosperidad y desarrollo de esa extensa región de hermosos parajes todavía inexplorados!

Otro ejemplo, como muchos otros, es el caso de Isabel Mckay Anwandter, mujer empeñosa y trabajadora que decidió, recién casada, partir a aventurar en tierras ayseninas.

En la revista “Mujer Patagona” (Coyhaique) destacan su entrega y amor por esta región, llegando a ser Presidenta de la Cámara de Turismo de Aysén, donde dice haber dejado cosas pendientes, sintiéndose defraudada de la contraparte pública: “nos falta potenciar nuestras carreteras, los caminos, ahí está el desafío. Esta es una región bonita y la gente va a venir igual, pero nos falta calidad en infraestructura, más acceso a lagos y ríos, etc.” La entrevista es bastante más larga y reveladora del entusiasmo de esta aysenina por describir las bondades y necesidades de estas tierras de exuberante belleza.

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