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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Don Claudio y su pandilla

Jugadores como Nicolás Peric, Hanz Martínez o Braulio Leal, se quedan sin premios por no cumplir el requisito de seis nominaciones. Pero lo más curioso viene aquí: Valdivia y Pinilla, por ejemplo, tampoco cumplían ese corte, pero sí les toca premio. ¿Por qué? Porque son “del lote” de los pesos pesados de la selección, de la pandilla.

Por Andrés González Zamorano
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Andrés González Zamorano es Periodista profesional, deportista amateur. Postítulo en marketing y gestión del deporte. Dedicado a la comunicación estratégica y digital.

La semana pasada se supo del acuerdo que llegaron los jugadores de la selección chilena de fútbol para repartir los premios correspondientes a las pasadas clasificatorias al Mundial de Brasil 2014.

Lo que llamó la atención no fue la cantidad de dinero pactado ni la clásica disputa entre jugadores y dirigentes por los montos negociados. Lo que resaltó fue la determinación de los propios seleccionados de poner una cláusula que limitaba los premios a los convocados en seis nominaciones o más. Con esto, se dejaba de lado a varios jugadores, algunos bastante importantes en el proceso clasificatorio, como Esteban Paredes o Matías Campos Toro. Ambos fueron trascendentes a la hora del recuento final, ya que aportaron con goles sumamente importantes a Uruguay y Paraguay, respectivamente, para la clasificación a Brasil 2014.

Jugadores como Nicolás Peric, Hanz Martínez o Braulio Leal, se quedan sin premios por no cumplir el requisito de seis nominaciones. Pero lo más curioso viene aquí: Valdivia y Pinilla, por ejemplo, tampoco cumplían ese corte, pero sí les toca premio. ¿Por qué? Porque son “del lote” de los pesos pesados de la selección, de la pandilla. El amiguismo aquí entró a jugar y ellos si agarran parte de la torta porque son compadres de los que decidieron la forma de repartir el botín, que son ni más ni menos que los representados (e influenciados para esta determinación) por el señor Fernando Felicevich: Alexis Sánchez, Arturo Vidal y Gary Medel. Claro, Felicevich quiere más plata para los suyos, pero pasando por encima de todo código ético de compañerismo que reina en el interior de los planteles de fútbol en el mundo entero. Eso es jugarle chueco a los compañeros de profesión, los que el entrenador nominó por considerar que serían un aporte en cierto momento. El formato de repartición siempre ha sido proporcional a las nominaciones y partidos jugados, no hay razón por la que cambiar eso y menos si es para favorecer a unos pocos, los que precisamente son los que menos “problemas económicos” tienen. ¿O me van a decir que Vidal necesita realmente unos pesos más?

Agrava más aún la situación que el resto este de acuerdo (hay varios que no lo están eso sí) y más que el capitán de la selección Claudio Bravo lo avale, incluso con sus declaraciones de que los que tiene problemas o dudas con la repartición “vayan a verlo a Juan Pinto Durán”. Esto, más que como capitán y líder positivo dentro del camarín, lo muestra como el vocero de esos que decidieron, como el jefe de la pandilla.

Si el día de mañana, se necesita nominar a un nuevo jugador, o alguno de los ya mencionados, como Hanz Martinez, ¿no creen que la relación de él con estos jugadores de la pandilla no va a verse afectada? y ¿cuánto de eso se traducirá al rendimiento colectivo en la cancha? No es un detalle menor.

Para cerrar, no es de extrañar el nuevo llamado de Jorge Valdivia, renunciado hace pocos meses. El propio Sampaoli había dado por cerrado el tema y no lo tenía considerado más para las futuras nominaciones post mundial. Pero bastó un partido malo, una “casual” declaración de Alexis Sánchez, y “mágicamente” Valdivia es convocado nuevamente para esta fecha FIFA, siendo recibido con aplausos por algunos compañeros en Juan Pinto Durán. ¿Otra jugada de la pandilla del camarín rojo?

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