Estamos en una época en que la MILF suele ser protagonista.
Le pregunté a mis alumnos varones que entendían por MILF y uno la definió así: “MILF es una vieja rica, señor”. Y la verdad es que se trata de un acrónimo con significado bastante grosero: Mom I’d Like to Fuck. O sea, se refiere a una mujer madura sexualmente deseable.
Recuerdo una película del año 1961 (A Cold Wind in August, que en Chile se conoció como La mujer rendida) en la que una stripper seducía a un jovencito y lo hacía su amante. La película produjo un cierto revuelo y gustó sobre todo a mis compañeros liceanos por cómo “la galla se tiraba los corridos”. La protagonista era Lola Albright (la misma que acompañó como Edie Hart a “Peter Gunn” en la televisión) y los críticos de ese tiempo reconocían que una mujer cercana a los 40 años estaba en todo su esplendor.
En realidad, Lola nació en 1925 y, por lo tanto, recién tenía 36 años. Jennifer López, en cambio, va para los 46, lo que no la hace necesariamente “vieja”. Pero lo que cuenta – para ser MILF – es la diferencia de edad con su partner, que podría ser su hijo.
Y, efectivamente, en esta película, que la misma Jennifer produjo, se preocupa de aparecer “regia”; aunque, para ser sinceros, en la secuencias en ropa interior no se le ve la cara.
Claire Petersen es una profesora abandonada por su marido, que se encaprichó con una mujer más joven. Vive con su hijo Kevin (Ian Nelson), que sufre de una enfermedad crónica y del bullying de sus compañeros.
Es allí donde aparece Noah (Ryan Guzman, de 27 años en la vida real), que vive en la casa de al lado (es el título original de la película) y se hace amigo de Kevin, despertando las hormonas de Claire (ésa es una cualidad inherente de una MILF). Lo espía por la ventana mientras éste se exhibe desnudo y, cuando le pide que vaya a ayudarlo a cocer un pollo en el horno microondas, ella… ¡va!
Yo llego hasta ahí. La afinidad con otros filmes (sobre todo Atracción fatal) es evidente y les recuerdo sólo que la película está clasificada como thriller.
Según se rumorea J.Lo, que mide 1.64 m, tiene asegurado su trasero de 96.5 cm en 5 millones de dólares y todos pueden admirarlo en Internet en un animalesco baile con la australiana Iggy Azalea, de 1.78 m (en las fotos, por el arte de birlibirloque del photoshop, aparecen de una misma altura) y de 93.5 de caderas.
Además de buenos papeles dramáticos (como en La ciudad del silencio), en su extensa carrera cinematográfica ha sido mujer policía enamorada de un delincuente (George Clooney en Una relación muy peligrosa) y una mucama de hotel que enamora a un candidato senador (Ralph Fiennes en Sucedió en Manhattan).
Ahora prueba como MILF. ¿Gustará al público adolescente?
(The Boy Next Door. USA, 2015)
