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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Coto Sierra, tropezar dos veces con la misma piedra

"Si analizamos el encuentro ante los nortinos, nos encontraremos con muchas similitudes al partido perdido ante la UC. En primer lugar la expulsión".

Por Rodrigo Torres
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Rodrigo Torres es Desde que decidí trabajar en arquitectura, he tratado de trabajar en el ámbito social y su relación directa con la arquitectura, quizás como una forma de devolver a la sociedad lo aprendido y ayudar a quienes más lo necesitan, por lo mismo hice mi práctica profesional en el SERVIU, departamento de estudios, años más tarde trabaje en una Fundación llamada Cristo Vive, haciendo clases de Autocad y computación básica, posteriormente forme la Entidad Patrocinante en la Comuna de San Ramón. Actualmente soy socio de una oficina de arquitectura Xs-Arquitectura, siguiendo con los mismos alineamientos de arquitectura y teniendo el mismo enfoque social que he desarrollado por el largo de mi desarrollo.

El cacique sufrió una dura derrota de local ante San Marcos de Arica, lo que significó dejar la cima del torneo y de paso sumar su segunda derrota consecutiva bajo los mismos expedientes, una expulsión y malas decisiones en lo táctico.

El fin de semana parecía perfecto: las derrotas de Universidad Católica y Palestino daban pie para que Colo Colo en el Estadio Monumental siguiera tomando ventaja de sus escoltas, más aún cuando Universidad de Concepción igualaba en puntaje al popular. Finalmente la realidad dijo otra cosa.

Una vez más Colo Colo se ve en desventaja numérica tras la tarjeta roja a Gonzalo Fierro, una actitud sumamente irresponsable, sí, pero discutir si fue bien o mal expulsado me parece que es para otra columna.

Segundo, ante esta situación José Luis Sierra tenía varios caminos. La lógica indicaba que si Fierro es expulsado, su sucesor natural es Camilo Rodríguez, pero el ingreso de este tenía que ser de forma inteligente a modo de no perder el equilibrio en las líneas.  Me la jugaré con una opción dentro de muchas que pedían las 19.000 personas en el estadio Monumental, pero a modo de ver un hilo conductor en las decisiones tácticas tomadas: si sacábamos del terreno de juego a Gutiérrez, podríamos haber bajado a Jean Beausejour, seguir con línea de cuatro en el fondo y quedar con dos delanteros, Suazo y Vilches, ello porque “Chupete” se retrasa de forma natural y Vilches es un referente de área por naturaleza. Con esta modificación además daba pie para que después o de forma inmediata ingresara Bryan Carvallo por Gabriel Suazo, con la idea de obtener más fútbol en la salida.

Colo Colo

Si buscábamos más refresco en el sacrificio en delantera, podíamos sacar a “Chupete” y hacer ingresar a Delgado, por ejemplo. Esta era una alternativa táctica de varias, pero con una consecuencia de acción o si quieren, una decisión con plan B, C y D.              

La decisión de Sierra de sacar del terreno de juego a Vilches nos dejó en desventaja o si se quiere dejó “cojo” al popular. En delantera Beausejour se retrasó, “Chupete” quedó solo en el sacrificio y también retrasado, Baeza ponía ímpetu en el quite pero Gabriel Suazo no generaba fútbol en la salida, por lo tanto Vecchio debía bajar a buscar balones para intentar salir en la contra y además el popular cometió otro error que también se vio ante la UC, defender adentro de nuestra área permitiendo que el rival crezca y poniendo en riesgo la portería. El ingreso de Carvallo y Delgado fue tarde, cuando el físico del equipo se veía en desventaja y el resultado final ya todos lo conocemos, pero preocupa ver a un Colo Colo replegado ante San Marcos y en el Monumental.

Lo que también preocupa es la inexistencia de auto crítica. Es normal que en un torneo un equipo pierda dos partidos, de hecho Colo Colo sigue en la cima de la tabla y con la posibilidad de ser campeón, pero sería una señal de conciencia y que tranquilizaría en el sentido de tener claro en qué nos equivocamos, cuáles fueron nuestros errores en estos dos partidos que nos trajo como consecuencia dos derrotas y perder la ventaja ante los escoltas. Cuando uno sabe los errores que comete y los asume, es una señal de querer mejorar en el futuro. En esta ocasión se extraña eso, ojalá se tenga en consideración, no hay margen de error: hay que pararse hoy.

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