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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Blanco y Negro, el primer culpable del fracaso

"Sabían sobre el juego que propone José Luis Sierra y sólo lo trajeron pensando que representaría el espíritu albo".

Por Rodrigo Torres
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Rodrigo Torres es Periodista, músico, documentalista, docente y community manager, realizador de la saga "Ejemplo de Valor", representante de Colo-Colo en el programa Show de Goles.

Terminó el torneo y es necesario hacer el balance de lo que fue este semestre para Colo Colo. Los objetivos eran dos: clasificar a segunda ronda de la Copa Libertadores y salir campeón del torneo doméstico. Ninguno de ellos se cumplió, por ello, perfectamente podemos hablar de un rotundo fracaso.

Para argumentar es preciso analizar números: el popular en el torneo local ganó ocho partidos, empató cuatro y perdió tres, sumó 28 puntos y terminó segundo. En Copa Libertadores, empató tres partidos, perdió uno y ganó dos ante Melgar, el equipo con peor rendimiento de todo el torneo continental. El albo sumó solo 9 unidades.

Estos son los datos duros, pero si analizamos lo futbolístico, vimos a un Colo Colo con poca ambición, a ratos sumamente cansado, mostrando un fútbol conformista y muy pocas variantes tácticas. Tampoco aparecieron algunos jugadores cuando se les requería, evidenciando que el trabajo de José Luis Sierra quedó al debe.

Otro factor importante fueron los refuerzos que el técnico autorizó. Si bien Zaldivia fue el único de notorio buen rendimiento, Reina y Tonso no aprobaron su paso por el Popular, siendo que el argentino fue el goleador del cacique con 4 tantos, dato curioso y revelador de la sequía alba.

Tampoco hay que olvidar que el equipo logró tener una ventaja de 6 puntos en la cima de la tabla, pero perdió con San Marcos de Arica en aquel polémico partido de “dosificación” (recordemos que dicho equipo descendió a la B). Pero el máximo bajón futbolístico se observa luego del partido ante Universidad Católica. El equipo de Sierra no logró ganar durante 5 fechas seguidas, ni menos pudo ganar el “clásico” ante una de las peores Universidad de Chile que se tenga recuerdo. Estos datos en un torneo no irregular o si se quiere “normal”, serían nefastos.

Si hilamos más fino, en el sentido de las responsabilidades, hay que mencionar que en primer lugar está Blanco y Negro: sabían sobre el juego que propone José Luis Sierra y sólo lo trajeron pensando que representaría el espíritu albo. Segundo, obviamente el DT, cuyo principal pecado fue dejar que le impongan refuerzos no luchando por su prioridad en la planificación táctica. Me niego a creer que un enorme jugador como José Luis Sierra, haya llamado o querido a Reina de 10 en Colo Colo. O los videos de presentación del 10 los hizo Steven Spielberg, o hay un serio conformismo.

El resumen de toda esta campaña fue su final. La guerra de declaraciones de dirigentes contra jugadores, jugadores contra DT y un triste etcétera. Al final, el Popular terminó fragmentado y sumamente herido, con un ambiente poco grato.

Es de esperar, que ahora que terminó este torneo el equipo de Macul pueda rehacerse desde las cenizas, ordenar la casa y formar un plantel competitivo con variantes.

Sobre el futuro de Sierra, durante la tarde de este lunes se supo que fue ratificado por el directorio y seguirá en su cargo. Tendrá un duro trabajo, no sólo en lo futbolístico, ya que tendrá que hacer frente a las divisiones en el plantel y los hinchas, que sólo aceptarán un único resultado: ser campeón.

Este análisis está realizado con una honestidad brutal. Todos saben el inmenso amor que tengo por Colo Colo, pero creo que en la vida, cuando existen fracasos, hay que decirlos, asumirlos y ser autocrítico. La idea es identificar los errores y no volver a cometerlos, solo así, uno puede volver con más fuerza y grandeza y eso es lo que queremos para Colo Colo.

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