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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

¿Una ley sobre la menstruación?

"En estos meses de campaña en que hemos instalado la discusión sobre la menstruación con lo que se ha llamado la “ley menstrual”, no solo nos encontramos con la resistencia y banalización de un asunto que no sólo no es debatido, sino que ha revelado la mirada machista que tenemos como cultura, incluidas las propias mujeres".

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Valeska Naranjo es Mujer, independiente, madre y antropóloga. Candidata a Diputada por el Distrito 10.

Se dice que la menstruación es uno de los últimos tabús femeninos,  es un tema sobre el que no hablamos, como sociedad, inclusive entre mujeres.

En estos meses de campaña en que hemos instalado la discusión sobre la menstruación con lo que se ha llamado la “ley menstrual”, no solo nos encontramos con la resistencia y banalización de un asunto que no sólo no es debatido, sino que ha revelado la mirada machista que tenemos como cultura, incluidas las propias mujeres, en la que no se integra a lo femenino en la visión y análisis sobre los espacios laborales, sanitarios y por último también exhiben una mirada elitista en que el aspecto discriminatorio, o como ha señalado el Banco Mundial,  esta es un factor de desigualdad entre hombres y mujeres, por el gasto mensual del ciclo menstrual, el que se vuelve crítico para las mujeres que viven en situación de pobreza.

La salud reproductiva, es decir todo aquello que tiene que ver con la reproducción biológica de la especie, de la sociedad, recae fuertemente en las mujeres, porque es en sus cuerpos que se desarrolla la vida en curso. Esto ha sido debatido con la reciente ley de aborto 3 causales, en que escuchamos argumentos detractores, en que la creencia de fondo es que la mujer no tiene derecho, ni sobre su cuerpo ni sobre las condiciones en que se ha engendrado una vida, por lo que se le despoja de su condición de sujeto de derechos, misma mirada que existe cuando hace no tanto años, las mujeres ni siquiera teníamos derecho a voto. Afortunadamente con esta ley, se ha restituido el derecho de las mujeres sobre sus cuerpos, pero la igualdad tiene una larga agenda pendiente en derechos y reproducción.

Planteamos que cuando las mujeres sufren dolores agudos cuando están menstruando y estos son in habilitantes -la OMS señala que entre 10 a 20% de las mujeres lo sufren-  estas puedan tener derecho a una ausencia laboral de 1 a 3 días como máximo, pero que estos no sean descontados de su sueldo, ya que las mujeres en Chile ganamos un 28% menos de sueldo, en cualquier posición laboral.

Junto con lo anterior pedimos que se conozcan las cifras de las mujeres que en Chile no acceden a insumos higiénicos por falta de recursos económicos y que el Estado pueda otorgar estos insumos necesarios para que aquellas en pobreza tengan una salud digna, y así prevengan enfermedades o infecciones derivadas de la falta de higiene adecuada.

Estos dos aspectos, laboral y sanitario en torno a la menstruación apenas corrigen el derecho laboral a ausentarse cuando estamos inhabilitadas de hacer tareas de forma normal y la necesaria cobertura para las mujeres pobres de Chile.

Pensar siquiera en que regular en torno a derechos estos dos aspectos de la menstruación va a quitarle oportunidades a la mujer, es tan aberrante como creer que la mujer debe invisibilizar su condición de tal para ser laboralmente viable, o que la reproducción de la especie es sólo un asunto de mujeres, ya que la reproducción es un asunto de hombres y mujeres, es un tema de la sociedad en su conjunto, así como lo es la crianza, también lo debe ser la reproducción.

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