Los desafíos que nos plantea la migración
"A pesar del crecimiento que el desplazamiento de personas ha experimentado en el último tiempo, nuestro país está lejos de estar 'lleno' de migrantes".
Magdalena Morel es Licenciada en Estética de la Universidad Católica y MSc en Diseño de Ciudad y Ciencias Sociales del London School of Economics. Experta en Empresa y DD.HH y en facilitación de procesos de participación ciudadana.
La desinformación frente a la migración está aún muy extendida en nuestro país. De hecho, la Coordinadora Nacional de Inmigrantes convocó para este domingo 18 a una marcha, en la que denunciarán problemas como el abuso laboral, la violencia, la discriminación y exigirán la regularización de la residencia para más de 200 mil extranjeros. En este contexto, esperamos que el estudio “Derechos Humanos y Empresas: Desafíos para la inclusión de migrantes en Antofagasta”, que hemos realizado desde Fundación Casa de la Paz con el apoyo de la Embajada de Canadá y del Servicio Jesuita a Migrantes, sea una fuente de información que aporte a derribar los mitos que existen en torno al fenómeno migratorio. Tenemos el deber de informarnos para aportar al debate de forma responsable, sin quedarnos sólo con generalidades, sino que haciendo el esfuerzo por comprender las particularidades de este complejo tema.
Parece existir una distancia entre el debate público en torno a la migración y la realidad de un fenómeno, que incluye tanto la evidencia empírica como lo consagrado en la legislación. Chile no sólo ha ratificado la mayoría de los tratados internacionales sobre Derechos Humanos, incluyendo la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares; además se promulgó la Ley 20.609, que establece medidas contra la discriminación incluyendo las exclusiones por motivos como la raza, etnia o nacionalidad.
Es común escuchar, tanto en el debate político como en las calles, que es necesario “controlar” la migración. Si algo aprendimos en el desarrollo de este estudio fue que la migración es “incontrolable”. Las medidas restrictivas no sirven para regularla y sólo hacen más vulnerable la situación de muchas personas. Por lo demás, estas políticas representan un mal uso de los recursos públicos ya que no existe evidencia de su éxito. Basta ver lo que ha ocurrido en EE.UU, que ha gastado cientos de billones de USD en una política de control fronterizo y tiene más de 10 millones de migrantes en situación irregular.
La migración es un fenómeno histórico y, más aún, esperable en países estables económica y políticamente, como Chile. A pesar del crecimiento que el desplazamiento de personas ha experimentado en el último tiempo, nuestro país está lejos de estar “lleno” de migrantes, ya que la proporción sigue estando muy por debajo del promedio de la OCDE.
Este estudio confirma que el Estado chileno enfrenta grandes desafíos en este tema, partiendo por elaborar una política migratoria con enfoque de derechos, cumpliendo con los compromisos de respeto a los Derechos Humanos que se han suscrito a nivel internacional y con lineamientos claros para su implementación sectorial y local.
Para las empresas, las implicancias asociadas a no respetar los Derechos Humanos – directa o indirectamente – son cada vez mayores y, como hemos visto a través del trabajo realizado, la población migrante es un grupo muy vulnerable. Sin embargo, algunas empresas están optando por ver esto no sólo como un riesgo frente al cual se debe tomar una posición reactiva, sino que están apreciando la interculturalidad y la diversidad como valores que aportan al negocio. Los beneficios incluyen mejoras en el clima laboral, innovación, competitividad y mayor productividad. El desafío está en comprender que, para transformarnos en una sociedad que verdaderamente acoja al migrante y aprenda a convivir desde el respeto y la empatía, los cambios nos involucran a todos.