
“No permitan que la comunidad masculina influya en sus pensamientos. Digo esto debido a que las recientes estadísticas electorales muestran que las mujeres rara vez dan su voto a una mujer”, así se manifestaba el presidente de Líbano, Michel Aoun en 2018, y pidió a las mujeres libanesas mantener firmemente sus creencias.
Un año más tarde y conmemorándose el Día Internacional de la Mujer de la Mujer, Líbano hace historia al ser el primer país en Medio Oriente que nombra a una mujer como Ministra del Interior.
Con el reconocimiento de Raya Al Hassan, Líbano puede tener en un futuro más enfoque en las mujeres. Ella ya ocupó altos cargos como el de ministra de Economía, pero su nombramiento para una cartera de seguridad está considerado como un hito.
Al Hassan manifestó que es un orgullo para todas las mujeres y para la gente que cree en la capacidad de la mujer. Ella ya había hecho historia en el 2009 cuando fue la primera ministra de finanzas del mundo árabe.
Este es un reconocimiento que tiene varios avances para lograr la paridad e igualdad de género, pero donde todavía queda mucho por hacer. Sin embargo, poco a poco las mujeres van integrando puestos de mando o políticos. Raya Al Hassan es parte de un gobierno de 26 hombres y cuatro mujeres al frente de los ministerios de Energía, Desarrollo Administrativo y Empoderamiento Económico de la Mujer y la Juventud.
El histórico nombramiento, demuestra que en la región -donde los espacios de libertad están segregados por sexo- Arabia Saudita y Líbano, son opuestos respecto a la libertad de la mujer en el mundo árabe. Riad es el cementerio de la mujer moderna, en Beirut, en cambio, son conocidas en la región por haber levantado un reino de libertad. Un oasis que disfrutan especialmente las mujeres de clase media.
Líbano es uno de los países más liberales de la región en materia de igualdad de la mujer, pero continúan en vigor leyes retrógradas que avalan un código social contra la mujer.
En los temas de matrimonio, divorcio o herencias, se aplica la norma conforme a la religión de cada persona, donde se reconoce 18 confesiones diferentes, y en ciertos casos, las mujeres reciben tratamiento distinto al de los hombres. El estatuto personal, figura jurídica heredada del Imperio Turco-Otomano, permitía a las minorías religiosas tener el régimen jurídico adecuado a su religión. El mayor problema de no tener un código civil laico y universal es que cada religión tiene principios, tribunales y reglas diferentes, las mujeres libanesas han sido especialmente perjudicadas.
Actualmente el gobierno libanés anunció que las mujeres divorciadas podrán incluir el nombre de sus hijos en su certificado de registro civil, reconociendo un derecho negado en una sociedad que privilegia la potestad del hombre, esto es fruto al reconocimiento de la necesaria igualdad de derechos entre ciudadanos y ciudadanas en el Líbano, se trata de un primer paso, que podrá llevar a que se logre que las mujeres puedan trasmitir la nacionalidad a sus hijos.
Es por ello que la entronización de cuatro mujeres en el gobierno, reactivó esperanzas de reformas a una ley que impide transmitir nacionalidad de madres a hijos, si están casadas con extranjeros norma profundamente discriminatoria.
Pero el camino es largo, aunque se avance sin descanso. Claro y alto, la nueva ministra de Desarrollo Administrativo, May Chidiac, expresó que “no puedes presentarte ante la comunidad internacional y decir que tienes un estado civilizado cuando todo el mundo está trabajando en la igualdad de género y Líbano sigue viviendo con una vieja mentalidad masculina patriarcal”.
Pero con este avance en el gobierno de Líbano, la esperanza por la igualdad revive en el país.