Geografía electoral post mayo 2021: desafíos para liderazgos veraces
Más allá de los estudios de opinión y esfuerzos predictivos de las elecciones, hay ‘que querer’ mirar de forma deconstruida y, por defecto, críticamente, los resultados de este mayo para ajustar la acción mirando las primarias presidenciales, prioritariamente, fortaleciendo a los líderes que encarnen un hablar y accionar veraz, producto de su conexión con lo popular.
Hernán García y José Orellana es Expertos en Ciencias Políticas
Cuando los estudios de opinión y los esfuerzos de las predicciones electorales arrecian sobre los resultados de las elecciones a concejale/as, alcadesa/es, constituyentes y gobernadora/es regionales, conviene preguntarse: ¿Cómo estos resultados determinarán el segundo ciclo electoral noviembre-diciembre 2021? Y, entre medio, cómo se realinearán los pactos electorales y definiciones programáticas previos al mismo, estando la Convención Constituyente en plenitud de gestión interna, definiendo su reglamento y anclándose a las diferentes instancias socio territoriales que reemergerán. Sumándose, por otro lado, la celebración de las elecciones primarias presidenciales de julio, momento intermedio capital para lo que vendrá en el siguiente ciclo electoral de noviembre-diciembre.
En el entendido de que los resultados de este mayo 2021 son axiales respecto de los distintos efectos en los futuros realineamientos partidarios internos (intra-partidos) y externos (alianzas), es claro cómo los mismos determinarán el comportamiento del proceso de las primarias presidenciales, el cual es el segundo gran momento electoral, previo a las elecciones nacionales y regionales de noviembre-diciembre.
Los resultados de mayo 2021 situarán otra vez al territorio o espacio geográfico en un protagonismo habitual en estas justas, por lo tanto, será testigo, otra vez, de una nueva geografía electoral, que habrá que deconstruirla críticamente para copar de nuevos/ajustados sentidos las estrategias electorales de la/os candidata/os a la presidencia de la república en la primaria de julio de este 2021, implicando un vuelco en el hacer y en el hablar. Esta nueva geografía electoral, otra vez resituará en importancia capital a la militancia de cada uno de los partidos en su expresión territorial. Serán esta/os ciudadana/os los que estarán conminados para asistir a las elecciones primarias, como también para transformarse en voceros populares y de base de sus candidata/os a presidenta o presidente de la República de Chile (sin perjuicio de su baja valoración ciudadana, según estudios de opinión).
La virtualización del espacio geográfico o territorio, por medio de las redes sociales, como viene siendo desde hace años, deberá leerse desde lo popular – territorial – plebeyo, esto es, deconstruido críticamente, en el entendido que ahí se encuentran no sólo los militantes de partidos, sino que aquella/os independientes que se pueden persuadir para asistir a la justa electoral de primarias. No hay que olvidar que existirán 155 congresistas que estarán o no haciendo lo suyo por sus candidaturas presidenciales (y las propias cuando puedan reelegirse), más 155 constituyentes que también estarán bregando por lo mismo.
En esta ecuación, o ecuaciones de nueva geografía electoral, debiesen estar, además, los derrotados/as de las elecciones de mayo, que más allá de la frustración que implica una derrota (candidata/os y partidos), deberán autoconvocarse para contribuir al esfuerzo de primarias, pero también, ser convocados por sus partidos para tal propósito (no hay que olvidarlos). Ello, en el entendido de una intensa fragmentación política (sumada a la dispersión y abstención electoral), situación constante que se viene instalando en el sistema político, en general y en el de partidos, en particular, desde hace varios años, inclusive, con el sistema electoral binominal, dando cuenta de la tendencia política histórica de nuestro país de ser portador de un sistema político multipartidista.
Y es en esta vorágine de pragmáticas decisiones electorales, donde deben emerger los ideas-programas legítimos (la sustancia) populares – de base – plebeyos – mayoritarios, teniendo como telón de fondo lo que dejó el estallido social con su Geografía de la Multitud, más, el actual contexto de pandemia que no hace más que profundizar/evidenciar las condiciones de desigualdad endémica de la patria (más Convención Constituyente funcionando en forma), mirando de paso el barrio latinoamericano, junto con lo que ocurre en el contexto global internacional, donde España nos reporta notas a tener en cuenta, a propósito del resurgimiento de la derecha en las elecciones regionales.
Más allá de los estudios de opinión y esfuerzos predictivos de las elecciones, útiles para el análisis y la construcción de escenarios, funcionales para el logro de estrategias de marketing político de candidata/os y partidos, en varias oportunidades, no siempre se han ajustado a la realidad, hay ‘que querer’ mirar de forma deconstruida y, por defecto, críticamente, los resultados de este mayo para ajustar la acción mirando las primarias presidenciales, prioritariamente, fortaleciendo a los líderes que encarnen un hablar y accionar veraz, producto de su conexión con lo popular – plebeyo – mayoritario.