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Actualizado el 4 de Agosto de 2021

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Cuando Boric decide visitar a los delincuentes que están presos por haber destruido y saqueado la ciudad, lo que está comunicando al electorado, es que a él le importan más los victimarios. Sichel, por su lado, cuando recurre al lugar mismo en que se produjeron los saqueos y destrucción, y solidariza con los emprendedores, lo que transmite es que a él sí le importan las verdaderas víctimas.

Por Christian Aste
Boric Sichel Pulso Boric y Sichel se enfrentarán en noviembre próximo como lo candidatos de Apruebo- Dignidad y Chile Vamos, respectivamente.
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Christian Aste

Christian Aste es Abogado

Desde antiguo se sabe, que más vale hacer que decir, y que como dice la Biblia, específicamente en Mateos 6:21, donde uno tiene su tesoro, tiene también su corazón. Dicho de otra forma, uno hace lo que en verdad le importa, y lo que importa es siempre o casi siempre lo que decide libremente el intelecto (inteligencia), ya que es éste y no otro, quien le muestra a la voluntad el camino de lo que se quiere o desea. Por eso Sartre decía y con razón que “si no elijo, también elijo”, y que “el hombre nace libre, responsable y sin excusas”.

Por lo tanto, cuando Boric decide visitar a los delincuentes que están presos –menos de los que correspondía – por haber destruido y saqueado la ciudad, lo que está comunicando al electorado, es que a él le importan más los victimarios, transformados en víctimas por alguna prensa y sin duda por la izquierda, que las víctimas. Eso es así, aunque diga otra cosa, como, por ejemplo, declare que acompañará y asistirá a las Mipymes durante todo su ciclo, porque cuando tuvo que expresar con una acción dónde estaba su verdadero interés, no trepido en ponerlo en el otro lado, esto es, en quienes las dañaron y en algunos casos hasta las destruyeron.

Sichel, por su lado, cuando recurre al lugar mismo en que se produjeron los saqueos y la destrucción, y solidariza con los emprendedores, lo que transmite es que a él sí le importan las verdaderas víctimas, y en su gobierno no cejará en protegerlas, tal como lo expresó en su programa, en el que enfatiza que bajo su gobierno se apoyará a las Pymes y el emprendimiento.

Este mismo ejercicio lo podemos replicar a propósito del cuarto retiro previsional, en el que mientras Boric y Provoste optan por hacer un mutis por el foro, sabiendo o debiendo saber lo que significa ese retiro para la economía, Sichel elige contradecir lo que la izquierda plantea, y marca la presencia de un liderazgo, que el país echaba de menos.

No olvidemos que lo que diferencia a un presidente de un estadista, es que el primero, por lo general, se limita a ejercer sus atribuciones, cuando cuenta con un respaldo mayoritario. No se arriesga a fijar posiciones o adoptar decisiones que puedan no gustarle a la gente que más grita y vocifera. El estadista, en cambio, actúa por convicción, y por principios. Se anticipa al futuro. Prefiere que no lo aplaudan a que lo hagan por algo que sabe no será bueno para el país – 4° retiro -. Tampoco endosa sus errores a quien sucedió ni le sucederá. No gobierna mirando las encuestas; menos Twitter. Conduce con una visión de campo y se orienta a objetivos comunes. En definitiva, sueña con un imposible, pero sabiendo que será posible.

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