Verdades y preguntas sobre habilidades socioemocionales
A golpe de fuerza, hemos aprendido que el aprendizaje académico necesita construirse sobre una roca fuerte de material socioemocional, del que ya sabemos algunas verdades y tenemos algunas preguntas para seguir aprendiendo.
Alejandro Canales es Magíster en Liderazgo y Gestión Educativa
Sin lugar a dudas, la pandemia dejó de manifiesto la necesidad de promover el bienestar socioemocional en nuestros estudiantes. A golpe de fuerza, hemos aprendido que el aprendizaje académico necesita construirse sobre una roca fuerte de material social y emocional.
En ese sentido, hace algunos días la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) liberó los resultados de su primera Encuesta sobre Habilidades Sociales y Emocionales. Miles de estudiantes, familias, profesores y directivos de latitudes tan distintas como Suzhou (China) o Bogotá (Colombia), confidencian en este informe cómo perciben habilidades tales como la curiosidad, la perseverancia, la cooperación y la resistencia al estrés, entre otras.
Lo primero que llama poderosamente la atención es que nuestros estudiantes sufren una merma en sus habilidades socioemocionales a partir de los 15 años. Con preocupación se observa que la adolescencia deteriora con mayor fuerza las capacidades de nuestras niñas que las de nuestros niños. ¿Estamos preparados para atender este cambio que llega con la adolescencia? ¿Nuestros programas de desarrollo personal están atendiendo la diferencia entre géneros?
Lo anterior se hace sumamente necesario toda vez que las habilidades socioemocionales predicen con fuerza el desempeño en la escuela. Dos materiales imprescindibles de esta roca son la curiosidad intelectual y la creatividad. Resulta particularmente interesante lo relacionado con la curiosidad ¿Tenemos aulas y patios que inviten a desarrollarla? ¿Somos adultos que la modelamos a nuestros estudiantes y sus familias?
Mención honrosa para la creatividad. El estudio reafirma que las y los estudiantes que se perciben más creativos están más dispuestos a perseverar y aprender cosas nuevas. Los talleres fuera de horario escolar resultaron ser esenciales para percibirse de tal manera. ¿Estamos brindando espacios extraprogramáticos que promuevan la creatividad? ¿Los tomamos tan en serio como cuando hablamos de Matemática y Lenguaje? ¿Somos conscientes de tal necesidad en los contextos más vulnerables?
A golpe de fuerza, hemos aprendido que el aprendizaje académico necesita construirse sobre una roca fuerte de material socioemocional, del que ya sabemos algunas verdades y tenemos algunas preguntas para seguir aprendiendo.