El impacto del cuarto retiro de fondos previsionales y del segundo de Rentas Vitalicias
Es evidente que los retiros de los fondos de pensiones son una muy mala política pública, y que su repetición no es más que una acción de los diputados en búsqueda de popularidad inmediata, con gran indolencia por las consecuencias posteriores.
Gabriela Clivio, Hugo Lavados y Guillermo Le Fort es Profesora UAI y FEN UCh, ex ministro de economía y profesor Titular FEN UC, respectivamente
El proyecto recientemente aprobado por la Cámara de Diputados sobre el 4to retiro de los fondos de pensiones y 2do anticipo de las Rentas Vitalicias (RRVV) ) dice preocuparse por las personas. La realidad es que este implicará que 5,5 millones de afiliados, casi 2/3 de la fuerza de trabajo nacional, quedarán sin ahorros para su vejez. Cabe además mencionar que
como forma de evitar un cuarto retiro se acordó un IFE adicional y un IFE laboral, y que el proceso de vacunación ha permitido la eliminación de las cuarentenas, razón por la cual las personas ya no enfrentan restricciones de movimiento que dificulten sus opciones laborales. El cuarto retiro de aprobarse generaría grave daño a las pensiones futuras y al sistema previsional, además de contribuir a desestabilizar al sistema financiero y la macroeconomía, dificultando el proceso de normalización post pandemia.
En una economía que se recupera rápidamente gracias al fuerte dinamismo del consumo privado impulsado por los estímulos fiscales y monetarios y los tres retiros anteriores, las presiones inflacionarias presentes y futuras ya son una preocupación que ha requerido aumentos en las tasas de interés. El 4to retiro agravaría la situación, requiriendo de mayores alzas en la tasa de interés de política monetaria y significará que la inflación subirá aún más antes de ser contenida. Es importante mencionar que no hay un impuesto más regresivo que la inflación que afecta de manera más importante a los hogares más vulnerables.
El cambio en las reglas del juego, violación de contratos y de derechos de propiedad, se agrega a la rápida alza en las tasas de interés afectando seriamente la estabilidad financiera. Se pone en riesgo a más instituciones que requieren de financiamiento a bajo costo para superar la situación creada por la pandemia, se espanta a los inversionistas extranjeros de la economía nacional y se afecta la inversión y el crecimiento futuro. Todo ello aumentará los costos de financiamiento de empresas, particularmente las pymes y complicará la recuperación de la economía cuando el sobre impulso de la demanda, necesariamente transitorio, se haya extinguido.
Los tres retiros anteriores redujeron significativamente los fondos previsionales de muchos afiliados y, con ello, las pensiones contributivas que obtendrán en el futuro. Ello significa menores pensiones, más pobreza en la vejez y una mayor carga futura para las familias y el Estado. El cuarto retiro agrava y profundiza esta situación llevando a 2/3 de la fuerza de
trabajo a no tener fondos en su cuenta de pensiones, además de confirmar que este es un proceso sin límite ni vuelta atrás.
Por otra parte, el mismo proyecto de ley aprobado por la Cámara permite a los pensionados de RRVV realizar un segundo adelanto en el pago de sus rentas, profundizando y amplificando el grave daño que el primer adelanto causó al sistema. Con esto se pone en serio riesgo el pago futuro de las RRVV vigentes, el contrato de nuevas RRVV por los futuros pensionados y la viabilidad misma del sistema de pensiones.
En este proyecto no sólo hay una afectación a contratos legítimamente celebrados, y al derecho de propiedad, tal como ocurrió con el primer adelanto, sino que además se amplifica el daño. El nuevo proyecto determina que el monto a retirar se calcula sobre la base de 10% de los montos traspasados desde la cuenta de capitalización individual al momento de contratar la RRVV; sin tener en consideración el tiempo transcurrido desde la contratación. Además la fórmula de “devolución” planteada limita los descuentos mensuales a 5% de la RRVV, incrementando exponencialmente el riesgo de incobrabilidad de los montos
adelantados. Y, para peor, dicha fórmula se aplica además retroactivamente al retiro anterior.
Considerando todos estos elementos, queda claro no solo que el impacto patrimonial para las compañías será inmenso, sino que el costo terminará siendo pagado por los pensionados y por el Estado. Los adelantos pueden representar reducciones de más del 50% del patrimonio de las compañías, de manera que su implementación llevará casi con toda seguridad a la
insolvencia a muchas de ellas, y la repetición de más retiros a la quiebra de todo el sistema. Esto pone en riesgo el pago futuro de las pensiones de RRVV de 650 mil pensionados, las que podrían verse reducidas al monto garantizado por el Estado, la Pensión Básica Solidaria (PBS) más 75% de la diferencia entre la pensión perdida y la PBS, con un tope de 45 UF por
mes. Se van a ver afectados los pensionados y además se le va a exigir del Estado el pago de enormes montos en garantías a los pensionados y posiblemente en indemnizaciones a las compañías afectadas.
Quienes piensan que es bueno que las Compañías de Seguros pierdan patrimonio deberían considerar que el valor de las pensiones y, por tanto, el riesgo para los pensionados y el Estado, es equivalente a varias veces el patrimonio de las compañías.
Es evidente, dado todo lo anteriormente expuesto, que los retiros de los fondos de pensiones son una muy mala política pública, y que su repetición no es más que una acción de los diputados en búsqueda de popularidad inmediata, con gran indolencia por las consecuencias posteriores. Es de esperar que un número suficiente de senadores tome conciencia de lo que está en juego, o del daño que se puede generar a los pensionados y al futuro desarrollo del país.