¿Por qué Sichel?
Hoy voto por Sichel porque es un hombre de derecho, de centro y completamente liberal. Porque sé que es moderado, pero también sé y me consta que tiene carácter y también pantalones. Raya para la suma; las acusaciones contra Sichel son nada. Espero que la gente esto lo entienda y concluya que el mejor candidato para vencer a los extremistas de izquierda – Provoste, Boric y comparsa – es Sichel.
Christian Aste es Abogado
Yo voto por Sichel, y no lo hago -y lo subrayo- porque Kast sea un extremista de derecha, ya que estoy cierto que no lo es. Eso es propaganda y falsa. Tampoco porque considere que sea el mal menor entre los candidatos, cuestión que sí pensé cuando lamentablemente voté por Piñera.
No, yo hoy voto por Sichel porque es un hombre de derecho, de centro y completamente liberal. Porque sé que es moderado, pero también sé y me consta que tiene carácter y también pantalones. De hecho, pocos tienen el coraje de decirles a los políticos de su coalición que si no quieren cumplir con el compromiso que adoptaron en las primarias, pueden irse, porque para eso existe la libertad. Sichel, que es demócrata de verdad, sabe que al final del día los que deciden son las personas.
Lástima que muchas de ellas no lean columnas como estas y se limiten a escuchar los matinales y a uno que otro comunicador social, que con tal de subir el rating, y ganar auspiciadores o congraciarse con el jefe de turno, son capaces de todo. Lo mismo pasa con las redes virtuales.
La izquierda extremista hizo sus cálculos, y estableció que Sichel le ganaba a Provoste y a Boric, tanto porque es mucho mejor candidato que ellos – más preparado, y con una historia de vida que sintoniza con la experiencia de los electores – como porque tenía un equipo que lo apoyaba que era por lejos más capacitado que el de ellos. Ergo, era necesario y urgía bajarlo. Kast en su lógica era ganable, porque se identifica más fácil con la derecha. Es descendiente de alemanes, y más de algún enfermo puede creer que por serlo es nazi. Fue de la UDI. Es católico, pro militares y además -y como si fuera poco- pro familia. Por todo ello, y ya lo anticipo, lo acusarán; de pinochetista, violador de los derechos humanos, contrario a los gays, a las mujeres, a los mapuches y pueblos originarios, en definitiva y en suma lo calificaran como un reaccionario detestable. Ese y no otro fue su cálculo.
Para eso requerían armar la estrategia. Se basaron en un hecho que la prensa que estaba alineada a ese propósito tergiversó groseramente y dos acontecimientos que no dependían de él, y que fueron dolosamente descontextualizados. Les bastó eso para generar un clima que le hizo perder la posición de ventaja que tenía, y hacer que los deseos de la izquierda extremista se concretaran. Hoy se soban las manos.
El hecho que se tergiversó fue el retiro que hizo de las AFP. Se dijo que Sichel había mentido y era igual que todos, porque mientras se oponía a que la gente retirara su dinero, él sí lo hacía. No se dijo, que no podía oponerse a un retiro que ya estaba autorizado por la Ley. Tampoco que no retiró para gastar ese dinero y generar inflación, sino que lo hizo porque confía en el sistema y quería incrementar el ahorro personal. Se omitió también señalar que junto con oponerse al cuarto retiro, expresó que si la voluntad de los políticos era seguir aprobando estos retiros, lo que procedía era autorizar un retiro global, para que la gente tomara su dinero y lo resguardara. De este modo se evitaría que en Chile se replicara lo que ocurrió en Argentina, y que es lo que proponen Provoste y Boric.
Los periodistas omitieron explicarle a la gente la experiencia Argentina. También los efectos que estos retiros estaban provocando en las personas que se están jubilando y en la población toda: inflación y aumento en la tasa de los créditos. Efectos, cuyos costos nos los pagan ni los pagarán los políticos que respaldan a Boric y Provoste. Tampoco lo harán los comunicadores de los matinales, los que con sueldos millonarios, pagados normalmente a sociedades que son las “dueñas de sus derechos de imagen”, están en posición de ahorrar y aprovechar los ofertones que inevitablemente se generarán por la crisis.
Los acontecimientos que se descontextualizaron fueron dos. El primero, cuando Provoste lo encaró rabiosamente en dos debates sucesivos por hacer lobby, y el segundo cuando un periodista que se caracteriza por su “imparcialidad” hizo un reportaje que denominó de “investigación” para acusar que cuando postuló como diputado por la DC, hace más de 10 años, financió su campaña parlamentaria con dineros provenientes de empresas pesqueras.
Vamos por parte: hacer lobby en Chile no está ni estaba prohibido. No tiene nada de irregular. Todo el mundo lo hace. Provoste quizás lo hizo para ayudar a su marido, para que el Estado lo contratara. Amigos no le faltaban. Boric, usó el lobby para conseguir que la Armada le prestara nada menos que un barco para desplazarse con su familia a una isla y rendirle un homenaje a un familiar. No descartó tampoco que si no hubiese sido diputado, habría intentado por medio de alguno de sus amigos parlamentarios – que tampoco le faltan -, pedirle al Serviu mayor presupuesto para comprar terrenos en Punta Arenas, y luego hacer gestiones en beneficio de su padre, para que el terreno que este pudiera haber tenido, lo vendiera con sobreprecio. Si eso hubiese ocurrido, cuestión que me atrevo a negar, porque de ser cierto la Fiscalía habría investigado, sería verdaderamente grave. Mucho más que hacer lobby en beneficio de una empresa x, siendo abogado.
Recibir financiamiento de una pesquera, sin saber que se estaba recibiendo, porque quien pedía la ayuda era la DC y para todos sus parlamentarios, el año 2009, no es algo que amerite siquiera un segundo de reproche. Primero, porque quien pedía la ayuda era la DC, segundo, porque Sichel no ganó, y tampoco ha hecho nunca nada a favor de las pesqueras que financiaron a la DC, y tercero porque el 2009, como ya se comprobó, todos los partidos pedían ayuda a las empresas y estas la otorgaban bajo el expediente de pedir documentos tributarios que pudieran respaldar el egreso.
Aunque son nimiedades y quienes lo acusan cargan pecados mucho mayores, en la gente quedó la idea equivocada de que Sichel no era confiable porque había mentido, había sido financiado por empresas bajo un formato irregular, y finalmente había intercedido en favor de grandes compañías, en su cargo de abogado. No se dice qué compañías ni qué beneficio específico logró Sichel, que sólo ejerció funciones de poder bajo la administración de este Gobierno.
Raya para la suma; las acusaciones contra Sichel son nada. Espero que la gente esto lo entienda y concluya que el mejor candidato para vencer a los extremistas de izquierda – Provoste, Boric y comparsa – es Sichel.