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Actualizado el 5 de Junio de 2023

Día del medio ambiente: negacionismo y “terraplanismo ecológico”

Lo clave en este día del medio ambiente, será identificar y moderar el nivel de terraplanismo, en un año crítico para la ecología, la naturaleza y el futuro de nuestro país.

Fracturar el tejido social cooptando comunidades, extendiendo noticias falsas y pagando campañas multimillonarias de lavado de imagen verde ha demostrado ser hoy un eficiente vehículo de acción política. Jonathan González – Turismos Orca/ AGENCIAUNO
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Matías Asun

Matías Asun es director de Greenpeace Chile

El Día Mundial del medio ambiente es siempre una oportunidad para reflexionar sobre la salud de nuestro planeta. Sin embargo, este año hay un fenómeno que puede obstaculizar nuestra capacidad para tomar medidas significativas y que vale la pena explicar. Hablamos del “terraplanismo ecológico”, que en breves palabras desacredita, niega y confronta irracionalmente la evidencia respecto a los impactos que hoy estamos generando en el medio ambiente.

Este fenómeno, negacionista, a menudo se ve impulsado por intereses económicos, pero también políticos. Se puede instrumentalizar con el objetivo de aprovecharse del miedo y la desconfianza, de las incertidumbres, puede volverse incluso una razón de ataque y agresión. Agencias de lobby directamente explotan esas fragilidades para usarlas a su beneficio, como evidenciamos en el caso de la Minera Dominga.

Fracturar el tejido social cooptando comunidades, extendiendo noticias falsas y pagando campañas multimillonarias de lavado de imagen verde ha demostrado ser hoy un eficiente vehículo de acción política. El problema con la desinformación es que, una vez que se propaga, puede ser muy difícil de desacreditar.

Hace apenas una semana, diputados y senadores de la comisión mixta que evaluaba el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, arremetió justamente contra la protección de uno de los lugares que mayor atención y urgencia requiere en nuestro país: los fiordos patagónicos, hoy amenazados por una industria de enormes y diversos impactos ambientales como la salmonicultura.

Esta industria ha sufrido múltiples colapsos: crisis de virus ISA, permanentes escapes de salmones, récord de muertes de trabajadores, vertido ilegal de salmones en Chiloé, juicios del Consejo de Defensa del Estado, violaciones a la normativa, parásitos afectando la producción, enormes cantidades de antibióticos, desechos plásticos y microplásticos, y más recientemente, escándalos asociados a la pérdida de la capacidad de sostener la vida en el mar, producto de la putrefacción del fondo marino tapizado en fecas de salmón, especialmente en áreas protegidas. No asumir esta realidad gravísima del permanente estado de colapso ecológico de la industria que más noticia hace por escándalos ambientales hace ya una década, es también una forma de terraplanismo ecológico: es el ejemplo del negacionismo y la irresponsabilidad.

La salmonicultura es un sector industrial que captura mano de obra, pero que también destruye y amenaza otras fuentes de empleo por sus efectos; recolección, cultivo de borde costero, pesca y turismo, por nombrar algunos. Mantener el colapso en ningún caso es razonable, ni social ni ecológicamente.

Hoy la meta es clara: fiscalizar lo que hay, hacer cumplir la ley, repensar el modelo de cultivo, discutir el valor de especies exóticas depredadoras que requieren más alimento del que producen por kilo, pero muy especialmente detener la expansión desatada que se ampara en el abandono, el desconocimiento, el lobby y las noticias falsas que en nada ayudan al debate democrático para afrontar los desafíos que tiene este siglo y la crisis climática.

En un crítico momento de la salud de nuestra economía, se afirma que parte de la recuperación del país será entonces a costa del desarrollo de diversas industrias, entre las principales, aquellas extractivistas. Lo clave entonces, en este día del medio ambiente, será identificar y moderar el nivel de terraplanismo, en un año crítico para la ecología, la naturaleza y el futuro de nuestro país.

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