Carta abierta a Carmen Hertz
Hasta hace unas horas creí que tú, tradicional miembro del PC, hacías lo que hacías por una convicción equivocada pero sana creyendo que en lo que otros fallaron, los comunistas chilenos pueden triunfar y traer la felicidad a su país. Pero me decepcionó – más bien asqueó – tu visita a la cárcel para abrazar a tu “querido compañero” Daniel Jadue, a quién, según dijiste, ”caracterizan la entereza y dignidad”…
Tomás Szasz es filósofo.
Estimada Carmen,
Antes que nada me disculpo por tutearte; me lo permito por varias razones: te llevo 14 años de edad, soy judío – y también ateo – como tú, y hace más de medio siglo militaba en un partido como el tuyo. Me refiero al Magyar Kommunista Párt, el Partido Comunista húngaro. Claro, eran otros tiempos. Yo tenía unos 17 años, sobreviví a pesar de todas probabilidades la guerra y el holocausto y me conquistó la fascinante idea de luchar por la clase trabajadora del mundo.
Vengo de una gran familia de clase media, (cuya mitad no tuvo mi suerte y fue asesinada por ya sabes quienes) como la mayoría de los que representan la élite del movimiento. Como tú. Pero después viví lo que tú no viviste a pesar que sí oíste y leíste y eso no cambió tu concepción sobre el marxismo leninismo. No evolucionaste; yo sí.
Resulta que después que presencié en 1945 cómo ahorcaban en las plazas a nazis húngaros, también presencié cómo encarcelaban, torturaban y asesinaban miles y miles, entre ellos conocidos míos, por no estar de acuerdo con la ideología comunista que me cautivó. Presencié cómo despojaban a absolutamente todos de absolutamente todo, viví la imposibilidad de avanzar a pesar del esfuerzo y mérito; viví la revolución de 1956 que no era anticomunista (tu eslogan preferido) sino anti-soviético; de un pueblo que se hartó de trabajar para el régimen del tovarish Iósif, que se llevaba todo lo nuestro y encima liquidaba sus detractores a través de los “elvtárs” húngaros. Igual como lo hacía el partido de los “Nyilas”, la cruz flechada con los judíos, que fue más cruel que el mismísimo Gestapo.
En la fábrica Orion donde trabajaba entonces, era conocida mi opinión sobre el régimen después de romper unos años antes mi libretita roja del MKP, desilusionado de todo. Cuando los tanques soviéticos destruyeron de nuevo a Budapest y después que apenas sobreviví la manifestación de la plaza Kossuth donde creímos poder confraternizar con los soldados invasores, pero fuimos baleados por la AVO, la cruel policía política húngara en un miserable acto que costó la vida de centenares inocentes, decidí largarme. Supongo que leíste la historia; si no, puedes buscarla en Google.
Comprenderás por qué me escapé el cuatro de diciembre de 1956 y, atravesando la frontera con Austria, finalmente terminé asentándome en Argentina como asilado político. Vivo en Chile desde 1986 y a pesar que nunca más quise meterme en política, cambié de opinión hace unos años y, después del 19/10 empezaron a publicar mis opiniones. También comprenderás que – no lo niego – soy lo que tú llamas anticomunista, porque me aterra la idea que Chile se transforme en otro país como Venezuela, Nicaragua o Cuba.
Hasta hace unas horas creí que tú, tradicional miembro del PC, hacías lo que hacías por una convicción equivocada pero sana creyendo que en lo que otros fallaron, los comunistas chilenos pueden triunfar y traer la felicidad a su país. Pero me decepcionó – más bien asqueó – tu visita a la cárcel para abrazar a tu “querido compañero” Daniel Jadue, a quién, según dijiste, ”caracterizan la entereza y dignidad”… Discúlpame, pero sólo puedo espetar un “puáj”. No repetiré los cargos criminales que el tipo enfrenta; dejémoslo a la – bastante flojita – justicia chilena, según dijo Gabriel e insinuó apenitas tu compañera Camila. Pero sí debo decir que es el summum de falsedad, lo máximo de fariseo que tú, Carmen Hertz dejes que el partido te obligue – A TI, UNA DE SUS HISTÓRICAS – a la canallada de alabar a un ex-militante del Fatah, a uno que públicamente desafió tus convicciones ideológicas por ser de ORIGEN JUDIA… Claro, la disciplina es la disciplina; me imagino lo avergonzada que te hayas sentido.
Lo que no me sorprende en absoluto que gente como el compañero Lagos afirme que la gran mayoría de chilen@s apoya a Jadue y está escandalizad@ por su arbitraria detención; no sé cuántos millones entrevistó para semejante afirmación. Tampoco, que el susodicho desde la relativa comodidad del Capitán Yaber y bien acompañado, siguiendo las instrucciones del compañero Lautaro, llame a un nuevo 19/10, para poder salir de la trena. Asimismo, no me sorprende el apoyo “internacional” de Maduro cuyo gobierno acaba de acusar a cierto organismo chileno haber asesinado a un oficial venezolano refugiado en nuestro país. Al parecer, si alguien es miembro destacado del PC, no puede ser juzgado aunque haya cometido cerca de media docena de delitos. La membresía prevalece a la ley. Y no hay que ponerse colorada…ya me entiendes.
Lo que sí me sorprende, más bien me avergüenza, que tú, Carmen Hertz, seas un instrumento de mentira, de hipocresía.