Ley Corta de Isapres: ¿Solución o Nuevo Problema?
La implementación de la Ley Corta de Isapres debería servir de advertencia sobre la necesidad urgente de una reforma integral del sistema de salud privado.
José Navarrete es director del Magister en Tributación de la Universidad Andrés Bello.
La reciente entrada en vigencia de la Ley Corta de Isapres ha generado un intenso debate en el país, especialmente entre los afiliados que hoy se encuentran atrapados en una encrucijada de incertidumbre.
La ley, diseñada para dar respuesta a los fallos de la Corte Suprema sobre las tablas de factores y la devolución de cobros excesivos, busca salvar a un sistema que está al borde del colapso. Sin embargo, en su intento por encontrar una salida, ha dejado a miles de afiliados con más dudas que certezas sobre el futuro de su cobertura de salud. Como ya dije, la intención de la Ley Corta es establecer un marco normativo que permita a las Isapres cumplir con los fallos judiciales y, al mismo tiempo, seguir operando en un escenario financiero delicado. Se plantea como una solución de urgencia para evitar que millones de afiliados queden sin cobertura privada, y por ende, su traslado obligatorio a un insostenible al sistema público de salud, que ya enfrenta desafíos críticos. No obstante, el proyecto ha sido cuestionado por la falta de claridad en su implementación y por la percepción de que sigue favoreciendo a las Isapres a expensas de los afiliados.
Uno de los puntos más controvertidos está en la devolución de los cobros excesivos, un aspecto que ha dejado a los afiliados en vilo. La ley establece un mecanismo de devolución, pero sin una claridad suficiente sobre los montos, plazos y procedimientos. Esto ha generado un clima de desconfianza, especialmente entre quienes se sienten vulnerados por años de cobros realizados bajo la antigua ley.
Adicionalmente, la ley no aborda de manera integral los problemas estructurales que llevaron a esta crisis. Si bien introduce ajustes en las tablas de factores y en la manera en que las Isapres calculan sus tarifas, no toca el modelo de negocio de fondo, que sigue siendo vulnerable a las fluctuaciones económicas y a las malas prácticas. Sin una reforma profunda que garantice un equilibrio real entre las partes, es probable que nos encontremos nuevamente en una situación similar en el futuro cercano.
La implementación de la Ley Corta de Isapres debería servir de advertencia sobre la necesidad urgente de una reforma integral del sistema de salud privado. Se necesita un marco regulatorio más transparente, justo y equilibrado que proteja los derechos de los afiliados y garantice la sostenibilidad de las Isapres. La crisis actual es una oportunidad para replantear un modelo que ha demostrado ser insostenible en su forma actual.
En mi opinión, si bien esta ley es un gran avance, mientras no haya un cambio estructural mayor en el sistema, seguiremos viendo más leyes cortas, pero con soluciones igual de parciales y temporales. Es hora de pensar en grande y de manera estructural para resolver los problemas de fondo y construir un sistema de salud que realmente responda a las necesidades de los chilenos.