Constitución: extensión y aplicabilidad
Si bien la extensión no necesariamente indica que se esté frente a una mala Constitución, un texto muy extenso tiende a establecer mayores restricciones al debate democrático y aumentar el poder político. Del mismo modo hace más compleja la comprensión de la Carta Fundamental y dificulta su aplicación.
Señor director:
La experiencia histórica nos ha enseñado que toda Constitución debiera proyectarse hacia el futuro superando las demandas y mayorías temporales para presentarse como una carta que busca estabilidad y transformarse, con el tiempo, en un texto que fije las reglas del juego y permita jugarlo en libertad.
Si bien la extensión no necesariamente indica que se esté frente a una mala Constitución, un texto muy extenso tiende a establecer mayores restricciones al debate democrático y aumentar el poder político. Del mismo modo hace más compleja la comprensión de la Carta Fundamental y dificulta su aplicación. Una Constitución que pretenda abarcar la mayor cantidad de materias e incorporar la mayor cantidad soluciones, corre el riesgo de transformarse en una norma inaplicable, en las que podrían incluirse las constituciones de países como Ecuador, Bolivia o Venezuela.
Frente al inicio de la Convención Constitucional, los convencionales constituyentes deberán tener claridad de que no es su deber, ni la Constitución el instrumento, para hacer presente todas las demandas de la ciudadanía. Del mismo modo, tendrán que señalar, a pesar de la impopularidad que puedan tener estas realidades, que muchos temas no son pertinentes a la Constitución, sino que demandan de una política pública eficiente por parte de nuestras antiguas autoridades.
Martín Durán,
Fundación para el Progreso Concepción