
Albert Camus anticipaba un problema al señalar que “un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada en el mundo”. Al derrocar todos los absolutos y hacer desaparecer toda certeza, nos vemos envuelto en un clima de inestabilidad constante; una sociedad líquida, donde las ideologías capturan el concepto de persona desde el individualismo o colectivismo, entendido bajo parámetros de conveniencia para alcanzar sus propios objetivos.
Alejandro Llano nos advertía; “El que sabe lo que es el hombre, sabe por qué se le debe tratar como un intocable. En cambio, el que lo considera como un fragmento del cosmos o un simple factor sociológico, siempre acabará por comportarse de modo humanamente retrógrado y terminará por volver a la más primitiva barbarie”.
El desafío es volver a llevar la verdadera dignidad humana al centro y sobre ese pilar construir las estructuras sociales alternativas que necesitamos. La belleza debe recuperar su papel dentro del universo, el bien debe reinar en la vida familiar y laboral y la verdad debe hacerse presente nuevamente en cada uno de nosotros.
Daniel Manchileo,
director de Proyectos Empleabilidad y Egresados USS