¿Quién paga la transición energética?
Me atrevo a adelantar una respuesta: los consumidores finales. Sacar de sopetón las centrales que utilizan carbón no sólo aumenta la fragilidad operacional del sistema actual, sino que además obligará a recurrir en mayor medida a generadoras a diésel para cumplir con la demanda, cuyo precio actual es el más alto de los últimos siete años.
Señor director:
De manera profusa se insiste con acelerar la descarbonización fijada para 2040. Son muchas las voces que piden apurar este proceso a 2030 o incluso a 2025, pero si lo hacemos sin rigor técnico, sin contemplar la intensificación de fenómenos climáticos, sin las centrales renovables de respaldo necesarias, ni tampoco con la transmisión requerida ni tecnologías habilitantes, finalmente, ¿quién pagará la transición energética?
Me atrevo a adelantar una respuesta: los consumidores finales. Sacar de sopetón las centrales que utilizan carbón no sólo aumenta la fragilidad operacional del sistema actual, sino que además obligará a recurrir en mayor medida a generadoras a diésel para cumplir con la demanda, cuyo precio actual es el más alto de los últimos siete años.
En lo que respecta a transmisión tenemos un cuello de botella gigante. Se avizoran atrasos importantes en los proyectos que deben ejecutarse y que urgen de sobremanera para impulsar el transporte de energías renovables a lo largo del país. Agréguese a esto el que no existe una ruta firme y vigorosa para el incentivo a tecnologías habilitantes como el almacenamiento ni a la generación distribuida que contribuye en distintos niveles cerca de los centros de consumo.
Es hora de dejar el populismo energético y mitigar el atraso que tenemos en estas materias enfocándonos en un plan que valorice los triunfos rápidos sin perder los objetivos de largo plazo. De lo contrario, la burbuja terminará indefectiblemente por explotar, y no será “Moya” quien termine pagando.
Luigi Sciaccaluga,
Gerente de Desarrollo y Nuevos Negocios de Plataforma Energía