¿Vacaciones?
Se acerca el término del año escolar, para muchos niños con una sensación de logro por las metas que cumplieron, reconocimientos en galas artísticas o demostraciones deportivas. Convivencias llenan la agenda de nuestros niños estos días. Otros sienten que un problema se acaba, ya no deberán interactuar todos los días con compañeros, ni hacer tareas o asistir a las extraescolares que no eligieron pero que realizaron todo un año. Se abre en la mente infantil una variada clase de fantasías “De las vacaciones” que los emociona.
Una desilusión los espera. Algunos ya lo vivieron, pero el confinamiento de la pandemia y el teletrabajo, los hizo olvidar. Los niños vienen cansados, con expectativas de juego, libertad y descanso y los padres siguen trabajando. Esto impondrá su ausencia y el estrés de preparar rutinas nuevas, coordinarse con cuidadores, elegir escuelas de verano, trasladar a casa de familiares, etc. Todo esto escogido por adultos “pensando en ellos” con más actividades semiestructuradas.
Lo esperable es que aparezca la queja ¡pero mamá … no quiero ir! o ¡¿por qué tan temprano?! Ante esto el adulto arremete molesto con un discurso invalidante y moralizando “la falta de empatía de sus hijos” con el típico diálogo adultocéntrico del “por qué trabajo”. ¿Qué recomendamos? evitar el discurso y validar. Un ambiente invalidante transmite al individuo que está equivocado al respecto de la descripción y el análisis de su propia experiencia. Marsha Linehan psicóloga estadounidense, pionera en la terapia dialéctica conductual, comenta que la validación emocional es un proceso en el cual las manifestaciones emocionales de una persona son comprendidas, interpretadas y entendidas por aquella con la cual dialoga. ¿Qué es válido siempre? Las emociones que tiene una persona y sus deseos. ¿Qué es válido algunas veces y otras no? Las conductas, los pensamientos, los planes para resolver problemas, etc. Que la educación socioemocional no salga de vacaciones.
Mary Ellen Taylor Montoya
Académica Psicología
Universidad Andrés Bello