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27 de Agosto de 2014

Mauricio Ruiz, el marino que reconoció su homosexualidad: "No hay nada mejor que ser uno mismo, mirar a la cara"

En un día histórico, el uniformado habló abiertamente de su homosexualidad y orgulloso de su decisión se paseó de la mano junto a su pareja. Definió su acción como "Un mensaje de esperanza" para quienes estén viviendo una situación similar.

Por Carolina Rojas
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Oriundo de Chillán, Mauricio (24) es el mayor de tres hermanos. De su tierra echa de menos la tranquilidad, el sonido solitario del campo y la despreocupación de la gente, dice al empezar la entrevista con El Dínamo. Por esa misma razón, hoy de frente a las cámaras, al principio con un hilo de voz, se atrevió a contar su historia.

Desde el comienzo de la conferencia de prensa, Mauricio parecía nervioso, la vista posada en el suelo o la mesa, mientras el vocero de Movilh, Óscar Rementería hacía la presentación. Un carraspeo y con la voz apenas audible, se presentó. “Soy Mauricio Ruiz, muchas gracias por estar acá, por escucharme y a todas las personas que me están escuchando… En la vida no hay nada mejor que ser uno mismo, mirar a la cara”, dice.

Pasan lo minutos y más distendido, se mofa de los prejuicios. “Un homosexual no sale corriendo y se agarra de las mechas si hay una guerra”, comenta.  Es la primera vez que se ríe en medio de tantas preguntas.

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) ha denunciado diversos casos de discriminación y “homofobia” en las instituciones militares chilenas, que hasta ahora no tienen una normativa específica que regule o sancionen esta realidad. Por eso, la revelación de Mauricio se convirtió en todo un hito.

Termina la conferencia de prensa y pasada una hora, Mauricio se veía más relajado, se paseaba de la mano con su pareja, ambos se abrazaban y de vez en cuando, el joven marino posaba su cabeza sobre el hombro de su novio. Todo había terminado. Antes de todo, Mauricio confiesa que tenía nueve años cuando se dio cuenta de su orientación sexual,  en ese entonces, asistía al Colegio Ramón Vinay Sepúlveda de Chillán. Dice que  su infancia fue feliz, en la población Río Viejo, su familia trabajaba en la agricultura y él ya soñaba con ser uniformado.  Cada tanto le baja la nostalgia por esa vida. “Echo de menos eso de que en las noches puedes dormir sin el menor ruido y la gente es mucho más cálida que en la ciudad, allá todos se saludan, acá nadie se mira”, confiesa.

-Mauricio, ¿a qué edad te diste cuenta de tu orientación sexual?
A la misma edad que los otros niños se interesan por el sexo opuesto. Tenía 9 años, iba en el colegio y me di cuenta que me gustaban las personas del mismo sexo… Reconocerlo fue mucho después, no pasó de inmediato.

-Y como vivías en el campo, en una población donde todos se conocen, “Pueblo chico, infierno grande”. ¿Fueron prejuiciosos contigo?
Creo que algunos lo notaron, pero no le dieron importancia. En ese tiempo, pese a todo, yo no había aceptado mi orientación, no quería. Recién comencé a aceptarlo hace tres años, más o menos, cuando ya estaba en la Marina.

-¿Y desde niño quisiste entrar en la Armada?

Quería ser bombero, algo por el estilo, en Chillán tenía un vecino que era marino, me llamaba la atención su vestimenta, que anduviera siempre impecable, lo que proyectaba con su uniforme, me gustaba mucho la idea de usar uno . Las escuelas matrices están Talcahuano y Viña del Mar, en Las Salinas, allí se está un año de grumete y sales en servicio. Dejé atrás a mi familia a los 18 años cuando entré a hacer el servicio militar en la Armada. Cuando ingresé a la Marina fue un sueño hecho realidad, me apasiona lo que hago, me gustaría navegar, siempre. He estado embarcado y es realmente maravilloso…

-Si bien dices que no fueron graves los incidentes en la Armada, asentiste que hubo algunas situaciones incómodas cuando se enteraron de tu orientación sexual…

Fueron incomodidades, no fue acoso, pero fueron casos puntuales, pero se actuó bien frente a estas situaciones… También están los otros los colegas que hoy me mandaron mensajes al celular para decirme “Fuerza” “Ojo con lo que vayas a decir” “Te apoyamos”, mis amigos del trabajo…

-¿Pero vas a hablar de esa situación en algún momento?

Prefiero no hablar de lo ocurrido en mi trabajo…

-¿Qué dijo tu familia sobre esta decisión? ¿No les dio miedo tanta exposición?

Soy el mayor de mis hermanos y por parte de mi papá tengo medios hermanos. Ellos sabían lo de hoy, he hablado con ellos, me han llamado, están muy metidos en los que está pasando porque les afecta igual, para saber dónde voy a salir, qué me van a preguntar y lo que voy a decir, pero me apoyan. Por otro lado está mi pareja, eso es más complicado, porque hay preocupaciones por lo que pueda pasar, de lo que me pueda pasar a mí. Él me ama y se preocupa por mi seguridad…

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