El dato oculto de Caval: revelan segundo contrato con empresa Silca para ganar con segunda reventa de terrenos
El otro controlador de la sociedad, Mauricio Valero, firmó con Hugo Silva un documento que le otorga la exclusividad para volver a vender las 44 hectáreas ubicadas en la sexta región en el plazo de un año y por un monto no menor a los $14.500, con el compromiso que ambos se repartieran las ganancias.
Cada día que pasa, la situación para la empresa Caval se pone más y más complicada. El caso que involucra Sebastián Dávalos y a su esposa Natalia Compagnon, que estalló el pasado 6 de febrero, no parece tener fin. Porque la ganancia por $2.500 millones que se embolsaría la sociedad es solo la punta del iceberg y un nuevo dato reveló que se esperaba que la ganancia fuera mucho más.
El nuevo antecedente podría afectar principalmente al otro controlador de la sociedad, Mauricio Valero. Esto porque cuando concretó la venta de los tres terrenos en Machalí con la empresa Silca, de Hugo Silva, ambos firmaron un nuevo contrato privado que era desconocido hasta el día de hoy.
Según reveló revista Qué Pasa, en este documento, Silva le entregó a Inmobiliaria e Inversiones FVM, de propiedad de Valero, la exclusividad para que éste vuelva a vender a un tercero los mismos tres predios que Silva adquiriría por $ 9.500 millones en el plazo de un año y por un monto no menor a los $14.500, con el compromiso que ambos se repartieran las ganancias. El alto precio se debe a que se esperaba que el plan regulador de la zona cambiara el uso de suelo de rural a urbano, lo que no se concretó luego de que estallara el caso en la opinión pública.
En el contrato se acordó que FVM ganaría un 26% sobre la utilidad de la nueva venta de los terrenos. En el peor de los casos Valero ganaría $ 1.400 millones más en 2015.
¿Qué gana Compagnon con todo esto? La cláusula décima de dicho documento entre Valero y Silva consigna que la empresa Silca declara expresamente que “Inmobiliaria e Inversiones FVM S.A. sólo podrá ceder el presente contrato a otra sociedad representada y controlada por Mauricio Guillermo Valero Illanes”. Según señala el Diario Oficial Mauricio Valero solo tiene una sociedad además de FVM: Caval.
El acuerdo entre Silca y FVM fue firmado en en la notaría Patricio Raby Benavente. Allí se detallan las características de los terrenos ubicados en la sexta región y establece que hasta el 31 de diciembre del 2015 “Inmobiliaria e Inversiones FVM S.A. actuando a nombre y en representación de Silca gestionará en forma exclusiva y excluyente la venta de los predios y sus derechos de agua en forma conjunta a un mismo comprador o a distintos compradores en forma simultánea”.
Con esto, Valero queda con exclusividad total para vender los terrenos por lo que (Silca) “deberá abstenerse de realizar gestiones encaminadas a la celebración de contratos de compraventa, promesas de compraventa u otros instrumentos similares con igual objeto, no originadas en las gestiones de Inmobiliaria e Inversiones FVM S.A.” e incluso “no podrá enajenar ninguno de los predios o sus derechos de agua, ni siquiera allanándose a pagar la comisión acordada para Inmobiliaria e Inversiones FVM”.
Cumpliéndose el plazo y de no concretarse la venta, el acuerdo permitía a Silva gestionar la venta de sus terrenos no sólo con Valero sino que también medio de otras empresas. En el documento incluso se describen distintos escenarios de venta, estipulando con detalles las ganancias que se repartiría cada cual en cada caso.
La cláusula sexta fija los montos, los que son “equivalente a un 26% sobre el precio de venta final de las propiedades, la que se calculará descontando del precio una base de 390 mil UF”, exactamente los $ 9.500 millones que Silva le pagó a Caval por las 44 hectáreas en Machalí.
Una vez saldadas las deudas, el monto que tanto Silva como Valero se repartirían sería $5.145 millones, $ 1.337 millones para Valero, $ 3.807 millones para Silva.
Actualmente la fiscalía lleva a cabo una investigación a la compra de los terrenos en Machalí, luego de que Hugo Silva presentara una querella contra Caval por estafa, tras considerar que la sociedad concretara la venta sabiendo que el caso estallaría en la prensa lo que provocaría que el cambio de suelo no se llevara a cabo. Esta arista del caso quedó a cargo del fiscal de San Fernando, Javier von Bischoffshausen.
