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24 de Julio de 2015

Bestia agrede a asistente de andén en el Metro: "Sólo hacía mi trabajo"

Cuando las puertas del carro se cerraban, Scarlette Aleitte recibió el salvaje y cobarde puñetazo de un hombre que minutos antes se había negado a la recomendación de mantenerse atrás de la línea amarilla.

Por Luc Gajardo
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Con un hilo de tierna voz, Scarlette Aleitte dice: “No lo entiendo, un hombre me pegó solamente por estar haciendo mi trabajo”.

La joven tiene 26 años, un hijo de 6, es estudiante de teatro y hace tres meses trabaja como asistente de andén en el Metro de Santiago. Se le puede ver normalmente en la estación Santa Ana de la Línea 2, de lunes a viernes desde las dos y media de la tarde hasta que cierra.

Con su pómulo derecho todavía inflamado y de colores rosado, rojo, morado, cuenta que el miércoles a eso de las 7 de la tarde, en plena hora punta, estaba el anden lleno de gente y los trenes repletos de pasajeros, confinados. Como siempre, estaba pidiéndole a los usuarios que se mantuvieran detrás de la línea amarilla y que permitan bajar antes de subir. Lo típico. Pero no pasó lo típico.

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“Había un hombre de unos 27 años que estaba parado esperando el tren delante de la línea amarilla. Era de ese estilo ‘princeso’ como le dicen, creo. Medio flayte. Con las cejas depiladas y vestido con ropa de marca, pelo corto. Yo fui y le dije que por favor se pusiera detrás de la línea. Me contestó: ‘¿Y qué pasa si no quiero?’. Entonces yo le dije que solamente estaba haciendo mi trabajo”.

Scarlette cuenta que se ha tenido que acostumbrar a que la gente, sobre todo los jóvenes en la hora punta, se descargue con ella después de haber tenido un mal día. O porque el Metro vaya muy lleno. “Los insultos son cosa de todos los días, la gente anda muy alterada”, dice con voz suave. “Yo trato de hacer mi trabajo de la manera más cordial posible, incluso hay gente que viaja todos los días que me conoce y me saluda“.

Metro

Cuando llegó el tren el tipo se subió de los primeros. La joven explica que en ese momento hizo lo que se denomina un “corte de flujo”, que es tratar de despejar las puertas del carro para que la gente se baje y después suban los que esperan.

Lo hizo, entonces, un segundo antes que las puertas se cerraran, alcanzó a ver un puño viajando directo a su cara. Pudo ver también que era el mismo tipo que con el que había conversado. “Pasó tan rápido que no alcancé a decirle al conductor que parara. Me quedé con las manos tapándome, me dolía un montón y se me hinchó al tiro“. De los pasajeros que no alcanzaron a subir al carro y que vieron todo, nadie hizo ni dijo nada. Casi nadie, en realidad. Antes de ponerse a llorar, una señora le dijo “viste eso te pasa por metete”. “No le contesté nada, no podemos contestarle nada a los pasajeros”, explica.

Scarlette fue asistida por sus compañeros, que no se lo podían creer. Después la llevaron a la Mutual de Seguridad y posteriormente trasladada a su casa, con 5 días de licencia. “Me da un poco de miedo volver al trabajo ahora. Lo único que me gustaría pedirle a la gente es que no se descargue con nosotros cuando han tenido un mal día, solamente estamos haciendo nuestro trabajo”, dice.

El gerente comercial y de asuntos corporativo de Metro Alvaro Caballero, calificó el hecho como “una cobarde e inaceptable agresión” y aseguró que seguirán las acciones legales que correspondan para dar con el agresor.

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