Ex ministro Bitar advierte de posible “síndrome Cau Cau” y pone en duda plazos para construir puente Chacao
El otrora titular de Obras Públicas indicó que si no se pone atención a diversos aspectos del proyecto, esta obra vial estaría terminada recién en el 2022, dos años más tarde de lo planificado.
A la basura. El puente Cau Cau, el que iba a ser el primer puente basculante de nuestro país, deberá ser demolido después de que se revelaran una serie de fallas en su construcción. Esto dio paso a un litigio entre la empresa fiscalizadora, Zañartu, con el Ministerio de Obras Públicas, que a raíz de esta situación lo sacó de la nómina de firmas que regularmente acude el Estado para revisar este tipo de obras. El costo de la reparación del puente se alzará en torno a los 18 mil millones de pesos, y tendrá que hacerse desde cero.
Esos son algunos de los miedos que tiene el ex ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, el que estima que el puente Chacao, obra vial que uniría a Chiloé con el continente, podría sufrir algunos de los mismos problemas.
El puente Chacao, de acuerdo publica El Mercurio, correría el riesgo de no concluir su construcción en el 2020, sino al menos dos años después. Esto ocurriría por cuatro elementos que forman parte de la planificación de la obra.
Uno de estos factores sería la poca capacidad técnica de la Dirección de Vialidad del MOP para edificar puentes. Una falencia que queda de manifiesto, a juicio de Bitar, al ver la fallida construcción del puente en Valdivia.
“El Cau Cau fue lanzado con bastante celeridad también. Incluso cuando uno lee las declaraciones de la ministra y otras autoridades en 2014, hasta enero, se percatan de que había algo malo, pero no tenían idea de lo que era. Eso revela una falla de la capacidad de ingeniería nacional instalada en el Estado, porque siempre se ha tratado de achicar el Estado y creo que en esta materia eso es un error garrafal”.
Otro problema responde al poco interés que hubo en la licitación, la que “se terminó adjudicando a un solo competidor. No hubo una segunda oferta, y eso merece una preocupación especial respecto de garantizar, que siendo la única, tenga las capacidades necesarias y que se pueda fiscalizar esa capacidad”.
Además, para Bitar, un tercer problema apunta a “la quiebra o alejamiento de la empresa brasileña (OAS), y el tema sin resolver aún es quién va a reemplazarla: si vendrá una tercera empresa de otro país que garantice tener las capacidades para uno de los puentes más largos del mundo”.
El financiamiento sería otro problema para este tipo de construcciones. Bitar culpó a la administración anterior, la de Sebastián Piñera, cuando se adoptó la decisión de invertir directamente desde el Estado. “No comparto esa decisión, porque sé que los volúmenes son muy altos, más aún en la situación de actual de cierta restricción financiera. Entonces es discutible si el Estado puede desembolsar todos esos recursos para construir el puente. Pensé siempre que una concesión nos daría más margen”.
Si bien el ex secretario de Estado añade que no conoce la capacidad financiera del Estado para mantener los ritmos, resumió que “todos estos elementos, y en un ambiente de falta de coordinación o de disputas excesivas, son los que advierto que tenemos que resolver con máxima atención, serenidad y capacidad técnica”.