¿Por qué no existe una ley de violencia en el pololeo en Chile?

La denuncia realizada por Valentina Henríquez en contra de su ex pololo, el vocalista de la banda Los Tetas, Camilo Castaldi (Tea Time), reabrió el debate en torno a la tipificación de la violencia en el pololeo y las sanciones a los agresores. Y es que, actualmente en Chile, sólo el Femicidio Frustrado y la Violencia Intrafamiliar son reconocidas desde el ámbito legal pese a que -tanto el gobierno de Sebastián Piñera como en el segundo mandato de la presidenta Michelle Bachelet- se han presentado dos proyectos para poder legislar en torno a esta problemática, los cuales se encuentran “durmiendo” en el Congreso.

La primera de ellas fue presentada el 6 de marzo de 2013, donde -con la protección de los Tribunales de Familia- pudiéndose aplicar una pena de presidio menor en su grado mínimo (61 a 540 días). La otra fue presentada cuatro años después,  llamada “Ley Antonia”, basada en la historia de la joven Antonia Garros de 23 años, quien tras ser víctima de múltiples agresiones físicas y psicológicas por su pololo de 33 años, se suicidó el 7 de febrero de 2017 en Concepción.

La abogada María Fernanda Juppet explicó a El Dínamo que “los que manejan las prioridades en el Congreso es el Presidente de la República con las urgencias. Ambos proyectos pudiendo ser buenos y viables, no han tenido la urgencia de otros, como la reforma tributaria, la reforma laboral, la nueva constitución o la gratuidad. Hay leyes que le han ido quitando protagonismo a la de violencia en el pololeo”.

Respecto a las iniciativas ya presentadas, la académica indicó que “tratan de homologar la situación del pololeo a la del femicidio, de tal manera que, de agravar las lesiones, exista algún tipo de sanción legal para quien la ejecute en contra de su pareja. Debemos entender que la violencia en el pololeo parte, al igual que la violencia intrafamiliar, desde la violencia psicológica la cual se estudia en los Tribunales de Familia, no en Tribunales Penales, donde necesitamos un resultado de lesiones”.

“En este caso, el pololeo podría ser entendido como la puerta de entrada a un tipo de violencia más grave donde, incluso, podríamos estar ante una eventual víctima de femicidio porque se trata de hechos o conductas que datan desde un tiempo determinado y que se convierten en reiterativas, aumentando su grado de agresión o violencia tanto en lo físico como psicológico”, agregó.

La directora de la carrera de Derecho de la Universidad San Sebastián expresó también que “como sociedad lo primero que tenemos que hacer es cambiar la visión educacional donde nosotros tendemos a pensar que violencia intrafamiliar necesariamente es bajo el mismo techo y esto no ocurre así. En este caso, cuando tu pololo te falta el respeto o te agrede psicológicamente, eso también puede ser considerado como violencia intrafamiliar”.

“Cada vez que se deja una denuncia por este tipo de antecedentes en contra del victimario estos registros van quedando en su hoja de antecedentes, lo cual será considerado por un tribunal como atenuante en caso de aplicarse procedimiento judicial, permitiendo configurar antecedentes en torno al hecho”, concluyó la académica.

Durante 2017 se dieron a conocer los resultados del estudio sobre “Percepciones sobre la violencia en el pololeo“, realizado por el INJUV, en el cual destacan cifras tales como que un 51% de la población joven conoce a alguna persona víctima de violencia en el pololeo.

De ese porcentaje, un 88% de los entrevistados dice saber de insultos, humillaciones y/o gritos en parejas; y un 54% de empujones o de arrojar cosas. Asimismo, el sondeo destaca que un 49% de los jóvenes opina que la principal causa de violencia dentro del pololeo, entre la gente de su misma edad, son los celos y en menor medida el machismo existente en la sociedad chilena.