Laicos de Osorno: “Que los obispos pasen del obispado a sus casas y de sus casas a las cárceles”
Si bien el grupo valoró la renuncia de Juan Barros, recalcaron que son más los religiosos que debieran salir de sus cargos al estar directamente involucrados en casos de abuso.
El Papa Francisco aceptó la renuncia del obispo Juan Barros de la diócesis de Osorno, lo que ocurre a 21 días de que los 34 obispos de la Conferencia Episcopal chilena pusieran sus cargos a disposición tras la reunión que sostuvieron en el Vaticano.
Junto a él, se confirmó que dejarán su cargo el obispo de Puerto Montt, Cristián Caro, y el obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte, una medida que fue valorada por los laicos de Osorno, pero que recuerdan que esto es sólo el comienzo.
En conversación con El Dínamo, Juan Carlos Claret, vocero de la agrupación, confirmó que “la renuncia de Juan Barros lo entendemos en un proceso de arrepentimiento. Yo no te puedo pedir perdón por golpearte si te sigo golpeando. Para hacer creíble un arrepentimiento había que cesar en la ofensa y así lo entendemos”.
Sin embargo, recordó que “el problema del encubrimiento y el abuso no se trata sólo algo de Karadima. Ellos son los más emblemáticos, pero antes de la visita de los obispos a Roma estábamos hablando del orden de un tercio del episcopado públicamente involucrado en un caso de abuso. Después de la carta del Papa, donde se informa de nuevos delitos, el espectro se amplía y esperamos más renuncias”.
En esa línea, explicó que “es muy difícil descabezar a toda la iglesia chilena de un día para otro, así que tenemos que seguir muy vigilantes por un tiempo. Estas no pueden ser las últimas renuncias. Además, las renuncias en si misma no constituyen justicia. Cuánto quisiéramos que los obispos que han cometidos crímenes transiten del obispado a sus casas y de sus casas a las cárceles“.
En cuanto a las responsabilidades que tuvieron los religiosos en casos de encubrimiento, Claret asegura que “los obispos chilenos no cachan nada. No captan lo que está pasando delante de ellos y por eso se están saltando al Episcopado chileno. Ojalá se vayan todos, porque -si bien no todos cometieron delitos- los otros obispos se acomodaron a la injusticia. No son garantía de que ante una situación difícil se la vayan a jugar”
Finalmente apuntó a Ricardo Ezzati, Francisco Javier Errázuriz e Ivo Scapolo como otros que deberían dejar sus cargos: “Ezzati, Errázuriz y Scapolo tienen responsabilidades penales y ojalá la cumplan tras las rejas“.