“Me convertí en un peligro”: ex jefe audiovisual revive detalles del video de la Onemi a 10 años del 27F
Jorge Tapia era director del departamento audiovisual de la Oficina Nacional de Emergencia en 2010. Fue él quien decidió grabar lo que sucedió la noche del terremoto en la Onemi, incluyendo cuando se descartó la alerta de tsunami.
“Cuando llegó la Presidenta Michelle Bachelet con todo su gabinete, me dije ‘esto es importante’. No pensé que era histórico, pero decidí grabar porque la gente que estaba ahí reunida iba a gravitar en su decisión lo que venía para adelante“.
Eran las 3:34 horas del 27 de febrero de 2010. Gran parte de Chile continental sintió el movimiento y a la media hora ya trabajaba un equipo en la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi): un terremoto de magnitud desconocida se había registrado. Entre ellos estaba Jorge Tapia, director del departamento audiovisual, quien sin saberlo sería autor de un registro video que revelaría graves fallas en los protocolos, errores que costaron la vida a más de 500 personas. Todo resumido en una hora, 58 minutos y 41 segundos.
Han pasado 10 años desde ese día y Tapia se enfrenta nuevamente a su grabación. Mira atento las imágenes del video que grabó en la Onemi a través de sus pequeños anteojos, recordando esa madrugada y cómo se gestó el registro que definiría el futuro de las entonces autoridades tras el 27F.
Durante la pasada década, las imágenes ha circulado por tribunales y medios de comunicación. “Cuando yo grabé esto, la entonces directora de la Onemi, Carmen Fernández me dijo ‘Jorge, dame 6 copias de los originales’. Y yo le pedí al operador que hiciera las copias. Hasta ahí llegaba mi decisión”, cuenta con voz profunda a EL DÍNAMO. Es firme en aclarar que “nunca filtré nada a la prensa” y que hasta el día de hoy nadie le ha solicitado formalmente autorización para retransmitir la grabación: “Nunca me preguntaron si podían difundir el video. Ese es material de la Onemi”.
La pantalla de la cámara marcaba las 05:01 horas cuando un camarógrafo de la Onemi mandatado por Jorge Tapia comienza a grabar. Se ven funcionarios al teléfono recabando los primeros datos. Luego se hace un corte a Carmen Fernández, en ese entonces directora del organismo y que al poco tiempo pasaría a juicio por las decisiones de esa madrugada. “Ocho… nueve… acaba de bajar acá a ocho”, se le alcanza a escuchar. En un pizarrón están escritas las escalas Mercalli: VIII en la Metropolitana, VII en el Maule; en el Biobío solo II. “El director regional de Concepción colapsó -dice Tapia- entró en un estado especial y asumió el subdirector. Ahí se generó una confusión”.
Son las 05:03 horas del 27 de febrero. El entonces subsecretario del Interior, Patricio Rosende, habla por teléfono. Parece estar en un contacto con una de las radios que a esa hora transmitían las primeras informaciones del terremoto. “Está descartado absolutamente todo riesgo de tsunami“, dice. Tapia mira concentrado: “Aquí Rosende dice tres veces que no hay alerta de tsunami. Ahora, yo creo que él recibió la información de la Onemi, actuó con pruebas que le estaban entregando. Él actuó bien”.
A las 04:08 horas, desde el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) se había enviado un fax a las distintas oficinas regionales de la Onemi, incluyendo el mando central. En este se aseguraba que el sismo “fue de magnitud suficiente para generar un tsunami. Se desconoce aún si se ha producido”. A las 04:56 horas el SHOA desestima el primer aviso y cancela la alarma mientras que, casi a la misma hora, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico en Estados Unidos confirmaba la existencia de un tsunami en las costas de Chile.
Minutos después de que Patricio Rosende dice que no hay alerta, en la grabación se escucha levemente el sonido de un radio transmisor que lo desmiente: “Alerta de tsunami”, dice dos veces una voz al otro lado. No alcanza a pasar un minuto cuando en cámara se ve a un funcionario de la Onemi: “Del SHOA se descarta la alerta”, dice.
Al ver las imágenes, Jorge Tapia divisa a Johaziel Jamett, ex jefe de Alerta Temprana de la Onemi. “Era la máxima autoridad, el que transmitía toda la información que nos llegaba. A mi juicio, a tanto tiempo que ha pasado, creo que se equivocó. La información era un embudo y todos los subalternos le preguntaban a él. No sé si estaba colapsado, nervioso, pero tomó decisiones equivocadas, lo digo responsablemente”. En abril de 2016, el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago suspendió el proceso penal contra Jammett, obligándolo a pagar $5 millones a las víctimas querellantes del Caso Tsunami.
Sigue el video del 27F. Llega Michelle Bachelet a la Onemi. El reloj del monitor de la cámara de video marca las 05:013 horas. La entonces Presidenta se informa de la situación y, pasado cuarenta minutos, hace su primera pauta de prensa. No menciona en ningún momento si existe o no riesgo de tsunami.
“Ella no es especialista en la situación y empezó a recibir información de distintos lados. Estaba confundida. La Presidenta desde que llegó, estaba muy tensa, estaba muy asustada. No quería entregar información al país que pudiera generar una alarma falsa”, cuenta Tapia, quien recuerda lo ocurrido en Concepción en 2005 cuando, tras una falsa alerta, hubo una persona fallecida.
Para Tapia, “ni la Presidenta ni la Carmen Fernández querían que eso sucediera. Ambas estaban estaban muy temerosas de dar información que generara pánico”.
Han pasado tres horas desde el terremoto y se realiza el Comité de Emergencia. Jorge Tapia y su cámara están presentes. Michelle Bachelet expone su preocupación por la información contradictoria que se le entrega, ya que le dicen que se ha descartado el tsunami, pero que olas entraron a zonas pobladas del archipiélago de Juan Fernández. La directora de la Onemi lee un informe del SHOA que dice no existir riesgo.
El entonces camarógrafo cuenta que en esa reunión puso estratégicamente un micrófono frente a Michelle Bachelet. Sin embargo, en un momento de la reunión ella lo retira, por lo que el resto del video es grabado con el micrófono incorporado de la cámara. “Cuando sacó el micrófono, creo que lo hizo porque la situación podía ser complicada”, dice.
Tapia dejó de trabajar en la Onemi poco después de los hechos del 27F que lo hicieron un hombre “famoso” en la prensa de la época. “Duré hasta octubre después de pasar por varios procesos muy desagradables que no voy a comentar. Pero cuando me fui, me fui tranquilo. Hice lo que tenía que hacer”, afirma. Hoy es profesor universitario y afirma que sus alumnos “más viejos” conocen de su historia y lo apoyan. “El periodista es así, necesita nutrirse de una información oportuna”.
“Me transformé en una espada de doble filo -reconoce Tapia- porque para el Gobierno yo era peligroso. Para el otro lado también era peligroso, porque yo grababa cosas que no tenían que grabarse. Tengo la sensación en que fui incómodo”. En la administración de Vicente Núñez Pinochet, quien asumió la dirección de la Onemi después de la salida de Carmen Fernández, prohibió que las reuniones de emergencia fueran grabadas. Hoy, por protocolo, solo quedan en actas.
Michelle Bachelet vuelve a enfrentar a la prensa. Son las 09.12 horas, ya amaneció en Chile y varios medios tienen información de que olas destruyeron zonas pobladas de la costa. La Presidenta afirma que “puede haber tsunami, pero ya no lo hubo”.
Patricio Rosende, Carmen Fernández, Johaziel Jamet fueron parte de los seis imputados por cuasidelito de homicidio debido a las muertes que el tsunami del 27F. Sin embargo, en 2016 la Fiscalía Occidente, que llevaba la causa, llegó a un acuerdo con ellos para suspender el procedimiento. En la investigación nunca se procedió a investigar a Michelle Bachelet.
Jorge Tapia termina su café. Mira la pantalla. “Ese año, el 2010, vi varias veces el video porque por cautela me quedé con los originales. En el video se nota que claramente había confusión, desconcierto, malas informaciones, malas interpretaciones, interpretaciones atrasadas (…) después dejé ver las imágenes durante mucho tiempo. Estuve muy complicado personalmente, sobretodo cuando regresé del sur. Recorrí siete regiones y al ver esa destrucción, me sentí complicado y decidí nunca más ver esto“, confiesa Tapia mientras termina la grabación.