Las fake news que marcaron el estallido social
Supuestos ataques, montajes, muertes atribuidas a la crisis e impostores circularon constantemente durante los días más tensos de las protestas.
El estallido social del 18 de octubre de 2019 causó un remezón completo en la sociedad, con muchos hechos reales que causaron impacto e indignación, pero también con otros que fueron parte de las llamadas fake news.
En medio de las marchas, barricadas e incendios circularon cientos de fotos, videos y reportes de personas que aseguraban tener antecedentes que los medios de comunicación, supuestamente, intentaban “ocultar”.
Pero la falta de chequeos hizo que muchos, entre ellos varios políticos, cayeran en montajes y difundieran situaciones que, por su delicadeza, debían ser indagadas con mayor profundidad para conocerlas en su real contexto antes de ser viralizadas a través de redes sociales.
Un presunto montaje en un incendio de buses, un documento de acuartelamiento de reservistas y varios impostores fueron parte de esta ola de noticias falsas, la que de alguna forma se extendió con la crisis por la pandemia del coronavirus.
Los asesinatos de Colina
Fue una de las imágenes más impactantes de los primeros días del estallido social y terminó siendo utilizada a modo de fake news, a pesar de su gravedad.
Un video difundido profusamente en Twitter mostró como un hombre de la comuna de Colina, en la Región Metropolitana, era arrastrado por militares hacia un camión. Muchos usuarios difundieron el material afirmando que el afectado era una víctima de una serie de asesinatos realizados por militares en los controles para evitar saqueos.
Después se supo que la víctima efectivamente había recibido un disparo en la ingle, pero estaba vivo, y que al momento de ser acarreado por militares se encontraba inconsciente. Fue derivado hasta la Clínica Las Condes, donde fue internado fuera de riesgo vital.
Robos y consumo de drogas en Carabineros
Carabineros recibió múltiples críticas por sus actuaciones durante las protestas, algunas con imágenes que no daban lugar a dudas y otras que debían ser analizadas con mayor profundidad.
Uno de los momentos más controversiales registró a un grupo de policías uniformados de Fuerzas Especiales consumiendo una sustancia. Para muchos se trató de un consumo de cocaína, pero la institución entregó una declaración en que aseguraba que se trataba de un repelente para las bombas lacrimógenas.
Otro video que generó extrañeza fue uno que mostró a policías uniformados subiendo televisores a sus patrullas. Aquello fue interpretado inmediatamente como una participación en los saqueos, aunque después se aclaró que se trataba de elementos recuperados desde un supermercado en Quilicura.
El supuesto montaje de los buses
Fue una de las primeras acusaciones graves que surgieron durante el primer fin de semana del estallido social, pero que terminó siendo calificada como fake news a las pocas horas de su aparición.
El 19 de octubre, dos buses del Transantiago fueron incendiados en el sector de Diagonal Paraguay con Vicuña Mackenna, en el centro de Santiago. Las máquinas, de casi una década de antigüedad, no estaban reportadas en la plataforma iBus, por lo que se creyó que estaban dadas de baja y habían sido instaladas en el lugar para “montar” un acto de vandalismo.
La empresa Metbus, operadora de los buses incendiados, aclaró que las máquinas estaban activas en el sistema, algo que se comprobó en la base de datos del Registro Nacional de Transporte Público de Pasajeros.
El desmentido de la CIDH
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue uno de los organismos que siguió con mayor detalle el desarrollo de las protestas en Chile, entregando información verificada sobre las víctimas.
Por lo mismo, causó extrañeza que a través de Twitter circulara una información en donde se le atribuyó un balance con “42 muertos, 12 mujeres violadas, 121 desaparecidos y miles de torturados”. Las impactantes cifras no solo estaban lejos de los reportes oficiales, sino que también de lo planteado por otras organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Ante esto, la CIDH tuvo que salir a desmentir este dato, llamando “a los medios de comunicación y a la ciudadanía a ser responsables y a chequear la información que se difunde”.
Los impostores
Las redes sociales no solo fueron una fuente de fake news, sino que también dieron pie a la aparición de impostores de reconocidos personajes, quienes aprovecharon instancias como el estallido social para ganar atención o likes.
El caso más representativo fue el de un usuario que usó el nombre y la imagen del actor estadounidense Robert De Niro. Sus constantes publicaciones sobre la situación de Chile hicieron creer que la estrella hollywoodense realmente estaba interesada en los sucesos ocurridos en nuestro país. Lo cierto fue que la persona detrás de la cuenta no era el artista sino que era una parodia.
Pero en este aspecto se vieron situaciones más delicadas, como la que ocurrió con la familia de Abel Acuña, el hombre que murió el 15 de noviembre de 2019 tras una protesta en Plaza Italia.
A través de Facebook surgió una publicación de un usuario llamado “Jorge Acuña”, quien decía ser hermano del fallecido. Finalmente todo era una mentira.
El documento falso del Ejército
La declaración del Estado de Emergencia y el toque de queda el 18 de octubre hizo que circularan muchas informaciones imprecisas o derechamente falsas sobre la actuación del Ejército. La más potente ocurrió el día 23 de ese mismo mes, cuando circuló un supuesto comunicado de la institución castrense en donde llamó a un acuartelamiento de los reservistas.
Aunque las Fuerzas Armadas efectivamente llamaron a este grupo para realizar labores administrativas, el escrito que circuló a través de las redes sociales no era real.
El Hitler encontrado por Hugo Gutiérrez
Los políticos también cayeron en las fake news durante el estallido social. Uno de los casos más emblemáticos lo protagonizó el diputado Hugo Gutiérrez (PC), quien difundió la imagen de un hombre disfrazado de Adolf Hitler siendo expulsado de una de las manifestaciones.
La foto sí correspondía a Chile, pero el hecho había ocurrido en una marcha de 2014 que se realizó en Santiago en pro de Palestina.