Acuerdo entre Aguas Andinas y Regantes de la Primera Sección del río Maipo cubrió 24% del uso de agua potable en Santiago
Un positivo primer balance tuvo el histórico convenio ya que permitió abastecer una cuarta parte de las necesidades hídricas de septiembre a marzo, la temporada de más alta demanda.
En agosto del año pasado, siete Asociaciones de Canalistas de la Primera Sección del Río Maipo y Aguas Andinas firmaron un convenio para avanzar en la sostenibilidad de la cuenca resultando un positivo primer balance de la iniciativa ya que el agua traspasada por los productores agroalimentarios a la empresa de servicios medioambientales permitió abastecer 24% de las necesidades de la ciudad durante la temporada primavera-verano, la de más alta demanda.
Desde que se firmó el acuerdo el principal embalse de la región, El Yeso, ha aumentado su volumen, incluso en agosto 2021 alcanzó el nivel más alto de los últimos años: 180,5 hm3. Mientras que, en marzo 2022, a pesar de enfrentar un escenario más negativo de lo proyectado, se tomaron medidas adicionales y se logró que el nivel de seguridad del embalse llegará hasta los 154 hm3.
“Este último año ha sido complejo, pero con resultados positivos, pues nos ha permitido trabajar de la mano y enfrentar la situación de una forma más técnica y profesional, en pro de encontrar soluciones que den sostenibilidad a la cuenca sin recurrir al agua de los regantes. De toda el agua que demandó la ciudad, 24% la hemos conseguido gracias a este convenio, lo que da cuenta de su relevancia. También da cuenta de la importancia del trabajo colaborativo. Hoy existe confianza y tenemos buena disposición para buscar y proponer las soluciones que nos van a permitir enfrentar el cambio climático en conjunto”, declaró el director de Operaciones de Aguas Andinas, Daniel Tugues.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Canales de Maipo, Luis Baertl, afirmó que “es sumamente importante destacar que 100% del agua que los productores agroalimentarios entregamos a la ciudad, proviene de la primera sección del río Maipo, por lo tanto, el esfuerzo es inmenso para los regantes”.
A su vez Beartl hizo un llamado a la ciudadanía a tomar conciencia que este esfuerzo tiene consecuencias en una menor producción y productividad, “significa una menor producción agrícola que tendrá efecto en la disponibilidad de los alimentos y eventualmente en sus precios”, explicó.
Las inversiones tras el acuerdo
El convenio también contempla una serie de proyectos de mediano y largo plazo para gestionar de forma sustentable el agua de la Primera Sección del río Maipo.
Esto incluye importantes nuevas inversiones por parte de Aguas Andinas para tener mayor seguridad de abastecimiento; una gestión más eficiente de la cuenca a partir de un diagnóstico certero, cooperativo y profesional; y un plan maestro para identificar las infraestructuras que permitan devolver la sustentabilidad y resiliencia a la cuenca, adaptándola a las nuevas condiciones que impone el cambio climático.
Este último aspecto revela la envergadura de la gestión colaborativa, ya que se trabaja en el proyecto de reúso de las aguas depuradas en la biofactoría Mapocho-Trebal para transportar hasta 3 m3/s al río Maipo para uso agrícola, a través de una elevadora de más de 40 km. Lo que otorgará una segunda vida al agua y liberará el recurso equivalente en el río para abastecer, en primera instancia, a la ciudad.
El mismo objetivo se persigue con la construcción de pozos en la faja de canales que, mediante el intercambio de aguas con los agricultores, permitirían a la compañía disponer de mayores caudales en el río para el abastecimiento de agua potable y de saneamiento para Santiago y a los productores agroalimentarios, contar con el agua necesaria para la producción de alimentos.
Estos proyectos se suman al plan de inversiones de Aguas Andinas, con actuaciones como la construcción de nuevos pozos y estanques, ampliación y modernización de plantas productoras de agua potable, y tecnología para mejorar la eficiencia hídrica. Todo ello permitirá contar con más recursos hídricos adicionales para hacer frente a la profunda sequía que vive la zona central del país.