U. de Los Andes abre investigación tras suicidio de Catalina Cayazaya y surgen nuevos testimonios
Se conocieron nuevos antecedentes y testimonios que dan cuenta del acoso sufrido por Catalina Cayazaya por parte de sus tutoras.
La Universidad de Los Andes reaccionó al caso de Catalina Cayazaya, estudiante de Terapia Ocupacional que se quitó la vida alegando acoso por parte de sus profesoras, anunciando el inicio de una investigación.
En una declaración pública, la casa de estudios indicó que “con profunda tristeza nos dirigimos a la comunidad universitaria para expresar nuestro dolor por el fallecimiento de Catalina Cayazaya y el gran sufrimiento por el que está atravesando su familia, amigos, compañeros y cercanos”.
En esta línea, la U. de Los Andes anunció que “iniciamos una exhaustiva investigación para determinar las eventuales responsabilidades. Al mismo tiempo, revisaremos el sistema de prácticas y vínculos con los campos clínicos que buscan garantizar un ambiente seguro para nuestros estudiantes”.
“Reiteramos nuestro total rechazo a cualquier tipo de maltrato y el compromiso de asegurar un ambiente de aprendizaje respetuoso y amable donde se facilite la escucha, el diálogo y la acogida”, agregó la institución.
Nuevos testimonios del acoso a Catalina
Por su parte, se conocieron nuevos antecedentes y testimonios que dan cuenta del acoso sufrido por Catalina Cayazaya.
Así, una compañera de universidad de la malograda estudiante que compartió internado con ella en una residencia para personas mayores de Las Condes relató que a la joven “las tutoras le apagaron la luz”.
“De manera sistemática contribuyeron a que se le acabaran las ganas de vivir, se reían de ella en la cara al ser interrogada de manera despectiva, con aires de superioridad y poca educación, echadas sobre su silla, comiendo chicle y mirando su celular, sin siquiera mirarla a la cara. Fue hostigada constantemente y no, no era para que aprendiera“, apuntó en su declaración.
La universitaria recalcó que Catalina lloraba en los almuerzos ante el acoso recibido, pero que esto nunca impidió que cumpliera con sus obligaciones con los residentes del hogar.
“¿Al final? no pudimos hacer nada. Antes de nuestro examen final debíamos evaluar a nuestra tutora. Ahora que no está la Cata, sé que nada es más importante que la salud mental del que está a nuestro lado. Normalizamos los malos tratos y abusos de nuestros tutores porque se les ha dado esa posición de autoridad. ¿Y nosotros? Tenemos todas las de perder”, sentenció.