Lucía Hiriart: la influyente personalidad de la mujer detrás del dictador
La que fungió como primera dama durante los 17 años de dictadura, es retratada por conocidos como una mujer de carácter, acostumbrada a ciertos lujos y con un fuerte olfato político heredado de su padre, un ex senador radical y ex ministro del Interior.
Una historia cuenta que la primera vez que el general Augusto Pinochet llevó a Lucía Hiriart a Cerro Castillo, en Viña del Mar, el personal militar de seguridad fue testigo de una particular escena.
Lucía Hiriart le espetó al militar, algo en un tono que sólo ella podía usar con él: “¡Augusto: ahora tú eres el presidente! ¡Eres la autoridad! Acostúmbrate a comer cebolla o caviar”. Según cuenta la leyenda, la escolta presidencial entendió el carácter fuerte de la mujer y les sorprendió que el hombre que ordenó el bombardeo a La Moneda, no articulara ninguna respuesta.
La historia refleja el carácter y la vida familiar de la mujer y cómo influyó sobre el militar.
En su familia recuerdan que Lucía Hiriart y su suegra tenían una relación de tensión permanente. Mientras la esposa tenía un tono severo y de par con el ex dictador, la suegra de Lucía acostumbraba a consentir a su hijo. En el círculo castrense viñamarino recuerdan que ella tenía un particular roce social y cultura política. Lo que había heredado de su padre: el abogado Osvaldo Hiriart Corvalán, ex ministro del Interior del presidente Juan Antonio Ríos
Hiriart nació en el seno de una acomodada familia de origen vasco-francés que poseía algunas tierras, como el fundo El Trapiche, en la zona del Maule.
Ella era la mayor de los cuatro hijos del ex ministro y senador del Partido Radical Osvaldo Hiriart Catalán y de Lucía Rodríguez. De su padre, dicen sus cercanos, heredó el olfato político. Y de su madre, el carácter fuerte.
La pareja se conoció en 1941. El que se convertiría 32 años después en dictador era un delgado subteniente de 25 años que ya usaba bigote. Ella, todavía cursaba la enseñanza media en el Liceo de San Bernardo.
El 30 de enero de 1943, Hiriart se casó con Augusto Pinochet Ugarte, tuvieron cinco hijos: tres hijas (Inés Lucía , María Verónica, Jacqueline Marie) y dos hijos (Augusto Osvaldo y Marco Antonio).
Durante un tiempo, la pareja vivió con los padres de ella San Bernardo. En esos años, él era teniente instructor en la Escuela Militar, por lo que tenía que viajar casi una hora en tren desde allá. Una versión señala que su suegro, dirigente radical, no se llevó nunca bien con él. Incluso, cuentan, no aceptó ningún cargo en el gobierno de su yerno y que se restaba de actividades familiares con militares. “Los radicales no apoyaron a Pinochet”, señala un ex dirigente del partido.
Familiares de Lucía recuerdan una vieja historia. Explican que una vez, poco antes del matrimonio, la quiso saludar de beso en público. Y ella lo detuvo. “No me beses delante de la gente porque aún no estamos casados. Espera mañana”, recuerda un familiar que le dijo.
Oficina en La Moneda
Con la dictadura en pleno desarrollo (1978), ex funcionarios del régimen cuentan que Lucía Hiriart le pidió a su marido una oficina en La Moneda. Entonces Pinochet se negó. Le habría explicado que eran tiempos de guerra (se vivía el conflicto por el Beagle) y que el Palacio aún no estaba totalmente refaccionado tras el bombardeo del 73.
Sin embargo, en 1981, la ex directora de CEMA Chile insistió. Ahí Pinochet le asignó una oficina en Palacio, un asesor de prensa, dos secretarias, y varios funcionarios a su servicio.
“El círculo más estrecho de Lucía incluía también a su peluquera-maquilladora, un fotógrafo personal y otros asistentes que se encargaban de su imagen y de asistirla con la elección del vestuario. Al igual que en el Diego Portales, tenía siempre dispuestos, para poder elegir, varias tenidas y muchos zapatos”, dice el libro de Alejandra Matus, Doña Lucía.
“No hay nada peor que robar”
En el diario Washington Post, el día 14 de julio de 2004, se publicó la noticia de que el Subcomité Permanente de Investigación del Senado de los Estados Unidos había descubierto algunos movimientos sospechosos en el Banco Riggs, el más prestigioso en la capital norteamericana. Según esta investigación, que había sido llevada a cabo en uso de las atribuciones fiscalizadoras que se le había concedido al Senado en virtud de la Ley Patriota para perseguir el rastro de financiamiento del terrorismo internacional, reveló que el exdictador chileno Augusto Pinochet habría mantenido varias cuentas secretas desde 1994 en dicho banco,
En círculos pinochetistas, señalan que el caso Riggs afectó a Lucía Hiriart tanto o más que la detención de Pinochet en Londres en 1998, o incluso, que la muerte de su esposo. Explican que no podía creer que se acusara a la familia de la sustracción de tantos millones. “No hay nada peor que robar”, habría dicho a sus cercanos en medio del caso.
En 2005 Hiriart fue demandada por el Servicio de Impuestos Internos por evasión de impuestos por un total de US $ 2,35 millones y fue arrestada con su hijo Marco Antonio unos meses después. En octubre de 2007, fue detenida nuevamente en el marco del caso Riggs , junto con los cinco hijos de Pinochet y otras 17 personas (incluidos dos generales, uno de sus ex abogados y su exsecretario) por cargos de malversación y uso de pasaportes. Se les acusó de transferir ilegalmente $ 27 millones (13,2 millones millones de libras) a cuentas bancarias extranjeras durante la dictadura.
En agosto de 2016, Hiriart fue acusada de utilizar fondos de CEMA Chile. Durante el tiempo que Pinochet estuvo bajo arresto domiciliario en Londres, se hicieron dos transferencias separadas de Chile a ella, en 1998 y 1999. Cada una ascendió a 50.000 dólares. Según sus fiscales, el dinero se utilizó para pagar los gastos de manutención de Pinochet.