Carolina Barrero, exiliada cubana sobre la ambigüedad de la izquierda latinoamericana: “Dictadura es dictadura”
La activista está de visita en Chile y afirma que cree que sus compatriotas tendrán que resolver sus problemas, pero el apoyo del resto de la región es importante para derrocar a la dictadura comunista en el poder desde 1959.
“Al combate corred, bayameses, que la patria os contempla orgullosa”.
Escrito originalmente en 1868, los primeros versos del himno de Cuba llaman a la lucha y a no desistir jamás del país. Así lo hizo el bayamés Hubert años después, cuando decidió no dejar la isla caribeña aunque se sintiera traicionado por las políticas del dictador Fidel Castro. Así lo hace actualmente, su nieta Carolina Barrero, lo que solo comprueba que el “ADN” es hereditario. “
“El espíritu rebelde viene de ellos”, afirma la cubana al recordar con cariño de sus sus abuelos.
Historiadora del arte y activista social, Carolina se considera una afortunada porque fue criada por Hubert y su abuela Ana Esther, ya que sus padres habían migrado para otros países cuando todavía era niña. Actualmente, vive en Madrid (España), tras ser expulsada por la dictadura.
Estar lejos de la patria, la hace desear más que nunca que Cuba sea un país democrático y que la población, sobre todo los críticos al régimen dictatorial de Miguel Díaz-Canel, puedan expresarse libremente, sin censura. Para eso, pide que países latinoamericanos como Chile reconozcan el derecho de los cubanos a decidir su futuro, además de reconocer la opresión que durante décadas ha ejercido la dictadura sobre el pueblo.
Boric y la dictadura cubana
“No queremos intervención directa de nadie. Este es un asunto en que tenemos la madurez de saber que debemos resolver nosotros. Queremos hacer con soberanía y autodeterminación”, afirmó la activista durante una entrevista para EL DÍNAMO.
“El presidente Gabriel Boric, por ejemplo, se ha manifestado en varias ocasiones. Durante su campaña presidencial, incluso, llegó a hacer una distinción entre la sanción del embargo de Estados Unidos y las violaciones de derechos humanos en Cuba, que normalmente se confunde uno con el otro. Cosa que le agradecemos. Ha dicho también que es inaceptable que haya personas presas por pensar diferente”, agregó.
Barrero tuvo que exiliarse en Madrid tras su última detención a inicios de este año. Los órganos represivos del Estado cubano le otorgaron 48 horas para que abandonara el país.
Como tiene doble ciudadanía, eligió la capital española para vivir y trabajar como artista. La joven estaba en el centro del movimiento que llevó a las mega protestas ocurridas en julio de 2021 contra la ineficiencia estatal, los graves problemas económicos, y la falta de libertades en Cuba. Según los activistas, más de 1.300 manifestantes fueron encerrados. La Habana afirma haber condenado a 381 personas a causa de las protestas.
Ex asistente de los curadores de la Bienal de La Habana, Carolina Barrero se hace parte del movimiento 27N –que surgió el 27 de noviembre de 2020— cuando más de 500 personas, entre artistas, académicos, periodistas, entre otros, realizaron una gran manifestación frente al Ministerio de Cultura y protestaron contra el cierre de la sede del Movimiento San Isidro. Cuando asumió el poder en 2018, sustituyendo los Castro, Miguel Díaz Canel emitió un decreto para controlar las actividades artísticas en el país.
Durante las últimas semanas, Barrero realiza una gira por países latinoamericanos con el objetivo de denunciar el régimen cubano. Ya estuvo en Brasil, Uruguay y este martes, invitada por la Fundación Patricio Aylwin y por la ONG Argentina Cadal (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina), la activista participó la noche del martes en un conversatorio con políticos y que tuvo como anfitrión al abogado Rodrigo Castillo.
Consultada sobre como evalúa el crecimiento actual de la izquierda en Latinoamérica, Barrero fue directa y cree que el momento político de varios países, como Chile, Argentina y Colombia, sumado a las protestas en la isla caribeña, que según ella no han cesado, es una buena oportunidad para que estos gobiernos asuman su carácter democrático.
“Que pongan los valores de la democracia y la defensa de los derechos humanos en el centro de sus reivindicaciones, más allá de ese pragmatismo político, que al final ha llevado casi siempre a las ambigüedades o al silencio cómplice”, pide la activista cubana.
“Yo también pediría a estas izquierdas que recuerden las dictaduras del Cono Sur que, al igual que la cubana, también tenían un lenguaje de violencia por parte del Estado. Dictadura es dictadura más allá de las ideologías”, enfatiza.
A sus 35 años, Carolina Barrero ya no es más aquella niña ingenua que le encantaba escuchar las historias del pasado de Cuba contadas por sus abuelos, pero sigue siendo soñadora y con alma jovial. “La rebeldía te rejuvenece”, bromea.