“A la gente le gusta ir a la notaría”: la insólita respuesta al Gobierno tras presión para acelerar reforma
Precios que no se adecuan al servicio, puestos vitalicios y poca tecnología son las negligencias detectadas que podrían cambiar si avanza un proyecto que lleva cuatro años sin aprobación.
Son varios los factores que hacen urgente la reforma al sistema notarial que por décadas se mantiene en el país. Pocas notarías, escasa modernización y apoyo de las tecnologías, las trabas en la competencia para llegar a ser notario y los altos valores que se establecen por trámites que muchas veces sólo requieren una firma tienen al ministro de Justicia trabajando para apurar la legislación.
Hace más de cuatro años que se mantienen en el Congreso las modificaciones a la normativa. En enero de 2020, por ejemplo, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto; sin embargo, en el Senado la situación no ha avanzado después de decenas de discusiones que no han terminado en acuerdos.
Entre los puntos importantes que contempla la moción está la creación del “Consejo resolutivo de nombramiento de notarios, conservadores y archiveros” que busca poner una edad límite para los notarios (75) y la imposibilidad de mantenerse por más de dos décadas en la misma oficina. También aparece la figura de los fedatarios, quienes podrían firmar documentos como ministros de fe para descongestionar los trámites.
La creación de nuevas notarías y más facultades para el Registro Civil igualmente están contemplados en este proyecto que, además, busca reducir un gasto anual de 140 millones de dólares para el Estado.
La presión del ministro de Justicia
Frente a este panorama empantanado en el Senado, el ministro de Justicia reabrió el debate en esta materia. De acuerdo a Luis Cordero, el Gobierno busca la aceleración de los trámites que realizan los ciudadanos.
“La reforma sobre el sistema notarial y de conservadores es una reforma que lleva muchísimo tiempo. A esta altura ya lleva cuatro administraciones. Muchas de las exigencias clásicas que se incorporan en la ley, hoy día no tienen justificación“, dijo el secretario de Estado.
“Es un lugar donde hay discriminaciones de precio, donde existe poca competencia, donde hay que poner énfasis en calidad de servicio y eso implica tecnología, donde el régimen de supervisión y escrutinio debiera ser mucho más robusto del que tenemos en la actualidad… La reforma estructural de notarios y conservadores es una reforma que uno tiene que avanzar por convicción o por conveniencia“, agregó en el Diario Financiero.
“Es un mercado que también está actuando de un modo opaco, donde se están cobrando precios discriminatorios abiertamente y en el caso de receptores está provocando un impacto muy negativo en los avances de la justicia civil… Es impresentable que a estas alturas Chile no haya sido capaz de terminar con un sistema que a todas luces es injusto e indebido y que debiera reemplazarse por un sistema de fe pública entregada por funcionarios públicos”, cerró.
Notario responde
Uno de los notarios que respondió a esta posibilidad de acelerar el proyecto en el Congreso es Carlos Miranda. El vicepresidente de la Asociación de Notarios y Conservadores de Chile sostuvo que están de acuerdo con la modernización del sistema y que algunos documentos pasen a ser controlados y firmados por el Registro Civil.
“No se necesita ir a un notario para la autorización de firma, pero ¿por qué se hace? Porque a las personas les da certeza y seguridad jurídica. Pero todos aquellos trámites en que no se requiere nuestra intervención, es necesario que se modifiquen”, comentó.
En otro de los puntos de la reforma que descansa en el Senado, Miranda aseguró que la asociación no está de acuerdo en la creación de los fedatarios, quienes actuarían como ministros de fe. Las razones serían, en principio, que podría haber un conflicto de interés.
De acuerdo en casi toda la propuesta por la que comienza a apurar el Gobierno y el ministro Cordero, el notario entregó una frase que ha generado repercusión: “A la gente le gusta ir donde el notario, pero no para hacer cola, sino que para ser atendido y tener una asesoría jurídica. Un trámite digital solo acredita que se hizo algo, pero no acredita que la persona que realizó el trámite es ella. Estamos a favor de las tecnologías, las estamos utilizando y queremos que esos temas se pongan en la mesa”.