
Perder la presidencia de la Cámara de Diputados estaba en los posibles escenarios que manejaba el oficialismo previo a la votación de este lunes. Lo que nadie tenía a la vista, sin embargo, era que el voto dirimente no sería el de algún parlamentario, sino que el del azar.
Mediante el sorteo por tómbola —mecanismo que había acordado en las semanas previas los comités— se definió que el nuevo presidente de la Cámara Baja durante el último año de Gobierno del presidente Gabriel Boric será el militante de Renovación Nacional, José Miguel Castro.
El sorteo, además de retratar la compleja situación de la Cámara, que pasa por uno de sus momentos de mayor fragmentación en la historia, también dejó ver otra situación: el endeble respaldo con el que asume Castro.
Para igualar en votos a Camila Rojas, carta del Frente Amplio para asumir la cabeza de la testera, Castro necesitó los votos de las bancadas Demócratas, el Partido Republicano, el Partido Nacional Libertario y el Partido Social Cristiano, además de los apoyos de Pamela Jiles (elegida en coalición con el oficialismo) y Marisela Santibáñez que hasta el año pasado integraba la bancada del PC.
Si bien ciertos diputados que podrían haber respaldado a Castro se ausentaron de la sesión por diversos motivos, como Flor Weise (UDI) que presentó licencia médica, o Francisco Undurraga (UDI) y Harry Jurgensen (IND-Republicano) que están de viaje en Uzbekistán; el oficialismo también perdió votos importantes por pareos o represalias internas.
Uno de esos casos es el del diputado Jaime Araya (IND-PPD), quien al estar pareado con Undurraga votó en la primera ronda para dar el quórum, pero en la segunda ronda no votó. Y en caso de que el diputado de la bancada PPD hubiese votado, la presidencia hubiese quedado en manos de Rojas. Situación similar fue la de la diputada Helia Molina (PPD), quien acordó con Jurgensen el pareo.
Otro caso es el de Catalina Pérez, ex Frente Amplio, quien se ausentó de la votación debido a la molestia que mantiene con el partido en que militó por más de una década debido al trato que ha recibido a lo largo de su periplo judicial que hoy la tiene desaforada y ad portas de ser formalizada por la Fiscalía.
Tanto en el oficialismo como en la oposición el diagnóstico común es que hoy ningún sector tiene una mayoría clara en la Cámara. Eso podría repercutir directamente en la otra votación que se avecina de las dos vicepresidentes de la corporación.
Actualmente las dos vicepresidencias son ocupadas por Gaspar Rivas (IND) y Eric Aedo (DC) quienes fueron elegidos junto a Karol Cariola (PC). Sin embargo, cuando la diputada comunista renunció debido a la investigación que hay en su contra por tráfico de influencia y la filtración de chats en que cuestionaba al presidente Boric, ni Aedo ni Rivas se plegaron a la renuncia.
De hecho, actualmente siguen ejerciendo el cargo. Y sólo saldrían de la testera el próximo 15 de abril cuando termine el periodo que dispuso el primer acuerdo administrativo suscrito por el oficialismo más la DC. Eso, si es que se cumple el acuerdo, el cual –dicen en el oficialismo– hoy no existe.
La estrategia del oficialismo para mantener influencia en las cámaras
Ante el escenario de incertidumbre y con el riesgo de que Chile Vamos se haga también de las vicepresidencias, la DC ha comenzado a plantear una opción al resto del oficialismo para no perder el control absoluto de la Cámara, lo que se sumaría a que RN ya ostenta la presidencia del Senado con José Manuel Ossandón.
La idea sería negociar las vicepresidencias con la oposición, para llegar a una mesa de acuerdo. En caso contrario, los vicepresidentes Rivas y Aedo, estarían evaluando no presentar sus renuncias.
Así lo hizo ver el mismo Aedo, quien aseguró que hay una conversación pendiente con Castro sobre la composición de la mesa.
“Respecto a las vicepresidencias lo vamos a conversar con el nuevo presidente de la Cámara, porque nuestras renuncias dicen relación con el acuerdo administrativo que existía entre el oficialismo, sectores independientes y la Democracia Cristiana. Nosotros no tenemos ningún acuerdo con la derecha (…) Si hubiese ganado el oficialismo nuestras renuncias iban a ser presentadas para que generase, en el marco de ese acuerdo, la elección de los vicepresidentes. Hoy, hay otra situación política, y la vamos a conversar con el nuevo presidente”, sostuvo Aedo en conversación con la Radio Universidad de Chile.
Lo complejo para Chile Vamos es que, en caso de que los vicepresidentes no renuncien, están imposibilitados de censurar sólo a las vicepresidencias, ya que, según el reglamento de la Cámara, la moción de censura sólo puede presentarse a la mesa completa. Es decir, si se quiere remover a Aedo y a Rivas, Castro también sería afectado.
Sumado a eso, al no tener mayoría en la Cámara, la oposición no tiene la oportunidad de aventurarse a censurar la mesa y esperar a elegir a Castro nuevamente, por lo que está opción ya se desechó.
De todas maneras, en la DC descartan no cumplir el acuerdo y aseguran que lo necesario hoy es negociar más allá del oficialismo.
Requerido por EL DÍNAMO, el jefe de bancada de la DC, Héctor Barría, sostiene que “nosotros vamos a cumplir con nuestros compromisos, pero al mismo tiempo tenemos que reconocer que hoy no están los votos claros para ganar la primera y segunda vicepresidencia”.
En esa línea, Barría plantea que “hoy no tenemos los votos para ganar las vicepresidencias, por lo que tenemos que buscar acuerdos más amplios y así evitar una nueva derrota”.
La jefa de bancada de diputados Independientes-PPD, Camila Musante, sostiene que “esas posibilidades están sobre la mesa, se están explorando distintas opciones. Sin embargo, no hay que adelantarse, porque primero deben presentarse las renuncias. Pero lo que no puede pasar es que volvamos a fallar en una elección y que la decisión quede a la suerte como ocurrió esta semana
Respecto a mantener las vicepresidencias con Aedo y Rivas, o negociar con la oposición, Musante asegura que “es una alternativa que no se ha cerrado ni descartado”.
Por su parte, Juan Santana, jefe de bancada del PS, sostiene que el “principio básico es actuar en bloque”, pero que “luego de la votación del lunes, las bancadas oficialistas y de la DC, aquellas que suscribimos el acuerdo del cual éramos parte, no hemos vuelto a reunirnos por lo que difícilmente podría tener una opinión sobre esas declaraciones”.
En caso de que las negociaciones lleguen a buen puerto, dicen en el oficialismo, se podría ejercer un correcto equilibrio de fuerzas, al mantener vicepresidencias afines al Gobierno, tal como ocurrió en el Senado donde fue elegido el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) como segunda autoridad de la Cámara Alta.
Agenda del Gobierno “en peligro”
Los movimientos del oficialismo para evitar el control total de la Cámara Baja en manos de Chile Vamos se da en un contexto complejo para el Gobierno. Con Manuel José Ossandón (RN) en la presidencia del Senado y, ahora con Castro en el liderato de la Cámara de Diputados, los pronósticos son negativos en cuanto a la posibilidad de sacar adelante la agenda que busca imponer el Ejecutivo.
Tras la reforma de pensiones, el Gobierno se pone como meta lograr sacar adelante el proyecto que crea el Sistema Nacional de Cuidado, Sala Cuna Universal, el FES y poner fin al CAE, la reforma a los nombramientos de jueces y el polémico proyecto de aborto sin causales, entre otras iniciativas.
Castro, sin embargo, ya notificó que su agenda apunta a otra dirección: seguridad y migración.
Por lo mismo, en la alianza de Gobierno ya lamentan el resultado de la elección de este lunes.
Consultada por EL DÍNAMO, la jefa de bancada de diputados FA, Lorena Fries, sostiene que “no se puede disimular que lo de esta semana fue una derrota y en esos términos efectivamente hay que asumir que se hace más compleja llevar la agenda del gobierno y del oficialismo aquí en el Parlamento, sobre todo con un presidente que además ha anunciado de alguna manera cuáles son los temas que él quiere traer”.
En esa línea, Fries asegura esperar un clima de “diálogo, ecuanimidad y que efectivamente represente a todos los parlamentarios porque él es el presidente de la Cámara, no el presidente de la oposición”.
Sanatana, en tanto, pone paños fríos a la situación, apuntando a que el rol de los comités será fundamental para evitar que la oposición “pase máquina” en la tramitación de los proyectos que deberán ser tramitados en la Cámara.
“La presidencia de ambas corporaciones son espacios muy relevantes para la conducción del debate legislativo. Pero también es importante señalar que muchas de las decisiones de ambas mesas, pasan también por los acuerdos de comités, por lo que ninguno de los dos presidentes, ni el diputado Castro, ni el senador Ossandon, van a tener rienda suelta en relación a las prioridades legislativas. Ahí también necesitarán construir acuerdos con los partidos del oficialismo”, sentencia.