
El lunes de esta semana, tras cerca de un año de discusión, la Comisión de Constitución del Senado despachó a Sala el proyecto de reforma al Sistema Político que nació tras un acuerdo transversal entre senadores del PS, PPD, Evópoli, RN y la UDI.
La iniciativa fue puesta en tercer punto de discusión en la tabla de la sesión a realizarse este miércoles 23 a las 16:00 horas. Sin embargo, debido al retraso de la tramitación del proyecto de Reglas del Uso de la Fuerza, la discusión que cambia la estructura eleccionaria e impone barreras de entrada al Congreso quedaría postergada para después de la semana distrital.
Por el momento, y a la espera de cómo se desarrolla el debate en Sala, la reforma ya levanta alertas tanto en el Gobierno como en la Cámara de Diputados.
¿El motivo? La controversial norma —central en el articulado del proyecto— que establece un umbral del 5% de los votos para acceder a escaños en la Cámara de Diputados.
A pesar de la resistencia del Gobierno para seguir adelante con el umbral —la ministra de la Segpres, Macarena Lobos lo calificó como un “fetiche”— los senadores aprobaron la indicación quedando lista para su votación en Sala.
Por contraparte, la indicación propuesta por el Gobierno relativa a facultar a los partidos a dar “órdenes” a sus parlamentarios fue rechazada por unanimidad.
En lo que sí hubo acuerdo entre el Ejecutivo y la comisión fue en la norma que establece que los parlamentarios que renuncien a sus partidos o sean expulsados, pierdan el escaño en la Cámara en que hayan sido electos.
Gobierno apuesta por reponer indicación y umbral desata críticas transversales
El ministro del Interior, Álvaro Elizalde, ha sido el encargado de La Moneda de viabilizar la reforma que ha sido monitoreada de cerca por el presidente Gabriel Boric.
Aunque en un primer momento el mandatario se mostró lejano a abrir la puerta a una reforma de esta índole, el hecho de que haya sido impulsada por un grupo transversal de senadores —entre los que se encuentra Alfonso de Urresti (PS), Jaime Quintana (PPD), Luciano Cruz-Coke (Evópoli), Rodrigo Galilea (RN) y Luz Ebensperger (UDI)— lo convenció de apoyar la iniciativa a través del rol colegislador del Ejecutivo.
Sin embargo, el Gobierno dio un paso en falso al intentar ingresar a través de una indicación la norma de disciplina parlamentaria presentada por el Frente Amplio.
“Los partidos políticos podrán dar órdenes a todos los senadores y diputados cuyas candidaturas hubieran sido declaradas por dicho partido, siempre que se refieran a asuntos de la función legislativa en los que estén directamente comprometidos la declaración de principios del partido, su programa o las definiciones políticas adoptadas por sus organismos internos”, fue la norma que se intentó sumar al articulado.
En concreto, busca reemplazar el umbral del 5% como mecanismo de disciplina parlamentaria, principal aspecto que busca corregir la reforma.
Es por eso que cuando fue rechazada la indicación, Elizalde se encargó de dejar claro que el Gobierno buscará reponerla en las próximas etapas legislativas que le depara a la reforma al Sistema Político.
De hecho, el ministro subrayó que si no se aprueba se dificulta la viabilidad efectiva de este proyecto ya que, a ojos del Gobierno, la enmienda ataca “el corazón del problema que tiene hoy el sistema político chileno”, que no sería solo la atomización, sino que el “desorden, de tal magnitud, que muchas veces los ciudadanos no pueden distinguir r entre unos y otros actores políticos”.
El problema es que si el Ejecutivo logra, por ejemplo, reponer la norma en la Cámara de Diputados donde tendría mayor respaldo esta fórmula y no el umbral del 5%, el proyecto se podría entrampar en una eventual comisión mixta.
Este escenario es especialmente complejo en consideración de que en agosto se deben inscribir las candidaturas para las parlamentarias. Después de ese plazo, dicen en el Congreso y el Gobierno, sería “prácticamente imposible” seguir con la tramitación debido a los intereses electorales en juego.
Por otro lado, la reforma al Sistema Político despierta dudas y críticas en todo el arco político. De hecho, en la sesión de este lunes fueron invitados los senadores Rojo Edwards (PSC) y Claudia Pascual (PC) quienes, a pesar de estar en polos opuestos, coincidieron en rechazar la reforma en los términos que fue aprobada.
“Pone en peligro la democracia”, dijo Edwards en medio de la sesión lo que fue duramente criticado por su par de Evópoli, Luciano Cruz-Coke.
Diputados también se sumaron a los cuestionamientos en función a que serían ellos los principales afectados por el umbral y que es en la Cámara Baja dónde se acostumbra a ver votaciones disímiles al interior de las bancadas.
“Hasta ahora se ve cómo una reforma que blinda a los partidos y hasta cierto punto me parece bien, pero creo que hay otra parte del compromiso que no se está cumpliendo y que tiene que ver con ser capaces de representarse a sí mismos, de tener participación interna y de firmar un acuerdo por un mínimo de principios que estén dispuestos a defender”, sostuvo la subjefa de la bancada IND-PPD, Camila Musante.