Científica de la U. de Chile logra pronosticar la obesidad en el mundo
El equipo también descubrió que tres categorías son las más relevantes a la hora de predecir la obesidad: masas y harinas, quesos y bebidas carbonatadas.
Utilizando inteligencia artificial, Jocelyn Dunstan, investigadora del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile, logra pronosticar la tasa de sobrepeso de distintos países a partir de las ventas de alimentos y bebidas.
“Tratamos de predecir la proporción de la población obesa. Y lo que encontramos fue que era posible hacerlo con un bajo margen de error”, declaró Dunstan, quien también trabaja en el Centro de Informática Médica y Telemedicina (CMIT).
Junto a investigadores chilenos y norteamericanos de la Universidad John Hopkins, entrenó tres algoritmos con dos ingredientes: información sobre la tasa de obesidad en 79 países y bases de datos con ventas de 48 categorías de productos en esas mismas naciones.
Para ello, utilizó machine learning, aplicaciones de inteligencia artificial que permiten que las computadoras reconozcan automáticamente patrones en datos después de un periodo de enseñanza.
En Chile, por ejemplo, los algoritmos dieron una tasa de obesidad de 28%, solo tres puntos por debajo del 31% detectado por la encuesta del gobierno.
Para la investigadora, los resultados abren grandes posibilidades, ya que se trata de datos obtenidos regularmente por consultoras y gobiernos. Esto permite llevar una cuenta más actualizada del estado de la obesidad en el mundo, a menores costos.
“La base de datos es chica, pero de buena calidad. Así, uno puede estrujarla y obtener datos mucho más seguido que con una encuesta. Porque aquí no estamos hablando de big data. Para nada. Más bien yo hablaría de small data”, afirma la investigadora.
El equipo también descubrió que tres categorías son las más relevantes a la hora de predecir la obesidad: masas y harinas, quesos y bebidas carbonatadas. La selección es relevante, ya que medir una cantidad limitada de productos ahorra tiempo de procesamiento de información. Esto permite reducir costos e incorporar países a la muestra con mayor velocidad.
En el caso chileno, el estudio detectó un aumento de casi 37% en las ventas de bebidas desde 2001, con un consumo que llega a 135,8 litros por persona hoy. En el caso de galletas y panes, el crecimiento alcanza 27,8%.
Este último dato concuerda con informaciones de la Organización Mundial de la Salud que sitúan a Chile entre los seis con mayor tasa de obesidad.