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17 de Noviembre de 2020

Jóvenes y represión policial, el factor común de los estallidos en Perú y Chile

Luego que el Congreso destituyera a Vizcarra la semana pasada, sumado a una ciudadanía indignada por la corrupción que se ha enquistado en la élite gobernante, miles de peruanos salieron a la calles a manifestarse contra la fragilidad del sistema democrático.

Por Gabriela Romo
Martín Vizcarra en su visita a Chile en marzo de 2019.
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El alza de los 30 pesos del metro en Chile y la destitución del ex Presidente, Martín Vizcarra, en Perú fueron los detonantes de los estallidos sociales en ambos países.

Luego que el Congreso destituyera a Vizcarra la semana pasada, sumado a una ciudadanía indignada por la corrupción que se ha enquistado en la élite gobernante, miles de peruanos salieron a la calles a manifestarse contra la fragilidad del sistema democrático del país andino.

“La inestabilidad política de Perú es innegable. Por un lado, existe un clima de alta polarización y fragmentación partidaria dentro del Congreso, con cerca de 10 partidos con representación y en paralelo, se ha generado un clima de crispación social, siendo el hartazgo por los casos de corrupción de la élite política, una de las motivaciones centrales”, explica Mauricio Morales, cientista político y académico de la Universidad de Talca a El DÍNAMO.

Sólo cinco días en el cargo alcanzó a durar el congresista Manuel Merino, quien asumió la presidencia del país tras la destitución de Martín Vizcarra. La autoridad presentó su renuncia “irrevocable” al cargo y este lunes asumió el parlamentario Francisco Sagasti, como el nuevo Presidente interino de Perú.

De acuerdo a la Constitución del país, Sagasti, un ingeniero de 76 años que trabajó para el Banco Mundial, le corresponde asumir automática e inmediatamente como jefe de Estado.

Francisco Sagasti. Imagen: @BancadaMorada

Institucionalidad política v/s críticas al modelo económico

Desde 1990 que Perú ha estado liderado por políticos que han tenido problemas con la justicia a causa de la corrupción. Primero fue Alberto Fujimori quien fue condenado por crímenes de lesa humanidad, luego fue el turno de Alejandro Toledo que espera su extradición desde Estados Unidos por estar acusado de recibir hasta 35 millones de dólares de Odebrecht. Le sigue Alan García, quien se suicidó cuando la policía iba a detenerlo por el escándalo de la constructora brasileña. También fue el turno de Ollanta Humala, que podría enfrentar 20 años de cárcel por lavado de activos.

Pedro Pablo Kuczynsky tuvo que dejar la Presidencia para quedar bajo arresto domiciliario también por el caso Lava Jato. Fue sucedido por Martín Vizcarra, quien también fue destituido por “incapacidad moral”.

“El panorama político está aún muy turbulento en Perú. Las últimas dos semanas demuestran el final de un proceso bastante largo de deterioro del sistema político, de aumento de la sensación de desprotección y de la ilegitimidad de los congresistas”, señala Lucía Dammert, socióloga y directora de Espacio Público a EL DÍNAMO.

En relación a las diferencias de los conflictos que viven Perú y Chile, Dammert señala que el problema en el país andino radica “en la inestabilidad política y no en el modelo económico y social que hay Chile. En el caso peruano hay un componente de molestia en las relación con los partidos políticos”.

“El caso chileno está mucho más vinculado a una protesta frente a un modelo económico, mientras que en Perú  hay una crisis de partidos terminal”, agrega.

Alejandra Márquez, directora de la escuela de Ciencia Política de la Universidad de Talca, señala que “si bien ambos procesos tienen una deslegitimidad en cúpulas políticas, en Chile sí se logró un acuerdo con un referéndum constituyente que logró amortiguar en algo el estallido social. Este acercamiento permitió encauzar el estallido, lo que no vemos en Perú. Ahí la deslegitimidad es muy grande, por lo que un acuerdo similar es inviable”.

“En Perú hay una institucionalidad deslegitimizada a causa de la corrupción y no se ve que las coaliciones congresistas puedan encauzar el estallido social de Perú”, agrega.

Los jóvenes y la represión policial, un factor común

En Perú el estallido social no sólo se trata del clamor popular en las calles. En medio de las violentas protestas, Jack Brian Pintado, de 22 años, y Jordan Sotelo, de 24, murieron por la acción policial. Los informes de las autopsias de los dos fallecidos confirmaron que sufrieron varios impactos de armas de fuego.

Según indica el medio RPP, Jack  Pintado, recibió diez perdigones de plomo: dos en el cráneo, dos en la cara, dos en el cuello, dos en el tórax y dos en el brazo derecho.

Por su parte, Inti Sotelo fue impactado con cuatro disparos de perdigones, uno de ellos en el corazón y la autopsia señala que el agente causante de la muerte del joven fue un “proyectil de arma de fuego”.

aniversario estallido social

Imagen: Agencia Uno

En Chile, a un año del estallido social, los casos de Gustavo Gatica, Fabiola Campillai, Alex Núñez y Romario Veloz se transformaron en los más emblemáticos sobre la violencia ejercida por los agentes del Estado.

Según el Ministerio Público, desde octubre a la fecha se registraron un total de 8.757 denuncias por violaciones a los derechos humanos tras el estallido social.

En relación a las similitudes de ambos estallidos sociales, Dammert indica que “la participación de la gente jóvenes en las manifestaciones pacíficas es un punto a considerar. Asimismo la brutalidad policial también es un punto a considerar. La forma en cómo los gobiernos responden con policía o con violencia a todas las demandas que no saben explicar o no saben cómo enfrentar”.

“Diría que hay elementos comunes como el malestar generalizado por altos niveles de desigualdad y el protagonismo juvenil en las jornadas de protestas”, indicó Mauricio Morales, de la Universidad de Talca.

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