Cómo impacta el alcohol en las horas de sueño y a qué estar alerta durante las Fiestas Patrias
Especialistas llaman a darle tiempo al cuerpo para que se recupere, incluso durmiendo siesta, sobre todo ante la perspectiva de cuatro días de festejos.
La calidad del sueño tiene directa relación no sólo con la necesidad de obtener un descanso reparador, sino también con efectos a más largo plazo, y es uno de los factores críticos que se ve alterado cuando se consume alcohol.
Con la celebración de las Fiestas Patrias a la vuelta de la esquina, resulta muy útil conocer cómo impacta el beber antes de dormir y por qué es mejor no hacerlo con unas copas de más en el cuerpo.
De hecho, tan solo un vaso de alcohol ya es un factor que produce efectos sobre el sueño, indican los especialistas.
“El alcohol es en esencia un depresor del sistema nervioso que causa alteraciones en el estado de conciencia“, apunta el químico farmacéutico y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Magallanes, Luis González.
Su consumo presenta, entre otros síntomas, “ciertos grados de sedación y somnolencia que pueden facilitar la inducción del sueño, dando a conclusiones erróneas de que el consumo de alcohol sería beneficioso para dormir“, señala.
Por su parte, el psicólogo y docente de la Universidad Central, Ricardo Bascuñán, complementa que “la idea de que el alcohol facilita el dormir es engañosa, porque hace que al otro día las personas estén más agotadas, con más dificultades para concentrarse en el trabajo”.
Regulación del sueño
Theresa Schnorbach, científica del sueño, señala, en tanto, que “el alcohol actúa sobre varias sustancias químicas del cerebro, que intervienen en la regulación del ritmo de sueño y vigilia. Las principales son la adenosina y el GABA”.
Según precisa la especialista, cuando se bebe alcohol “el cerebro se vuelve más sensible a los efectos inductores del sueño de ambas sustancias. Esto no es lo mismo que quedarse dormido de forma natural. El alcohol funciona como un sedante, similar a la anestesia general“, puntualiza.
Schnorbach explica que el sueño se compone de dos ciclos. El primero es cuando se pasa de la vigilia a la parte inicial del dormir, cuando se relentiza la actividad del cerebro.
El segundo corresponde al sueño REM (Movimiento rápido de los ojos, por su sigla en inglés) y hay gran actividad cerebral. Es fundamental, pues permite procesar y consolidar emociones, la memoria y el aprendizaje durante el día.
Cómo afecta el alcohol al sueño
Luis González indica que el consumo de alcohol termina afectando la duración del sueño y aumentando las interrupciones del mismo.
“Eso eventualmente da lugar a un círculo vicioso, ya que lo anterior favorece la somnolencia diurna, que se compensa con estimulantes como la cafeína durante el día. Y vuelven reiterativo el consumo de alcohol para poder inducir el sueño en las noches“, advierte el académico.
Mientras, el psicólogo Ricardo Bascuñán hace énfasis en la recomendación de “no tomar mucho para conseguir un descanso efectivo. La idea no es tomar para quedarse dormido“.
Esto porque, si bien “la persona se puede embriagar y quedar dormida, al día siguiente están los efectos como el dolor de cabeza, el malestar corporal, lo que se conoce como la caña“.
Por su parte, Schnorbach sostiene que “al dormir tras haber consumido alcohol recientemente, se suprimen procesos naturales“.
“Por eso es normal que las personas se sientan ansiosas o nerviosas al día siguiente de beber. No han tenido la oportunidad de ordenar sus emociones y recuperarse de las experiencias diarias, como lo harían normalmente”, alerta la especialista.
En ese sentido, la especialista aconseja “evitar beber varias noches seguidas. Aquello, para darle al cuerpo la oportunidad de recuperarse totalmente“.
Algo con lo que coincide el académico de la Universidad Central. “La persona debe contemplar las horas de descanso para recuperarse, porque son varios días de festejo“, asegura, en relación a las celebraciones de Fiestas Patrias.
El químico farmacéutico añade que “existe evidencia de que la mala calidad del sueño se empieza a asociar a problemas de salud más graves. En este sentido, se reconoce que el consumo de alcohol de forma directa favorece condiciones como la apnea del sueño“, asevera Luis González,
“Y de forma indirecta, una mala calidad del sueño se relaciona a diversos trastornos en el largo plazo, como alteraciones del ánimo y algunas enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes“, manifiesta .
Cómo recuperarse de una noche con mal dormir
Frente a la inminencia de los festejos, tanto Bascuñán como Schnorbach entregan recomendaciones para evitar consecuencias al día siguiente.
Las primeras se relacionan con el consumo de alcohol. Así, el psicólogo sostiene que “si se va a ingerir alcohol durante toda la semana, es importante ir hidratando el cuerpo con agua. Por cada vaso de alcohol, se deben ingerir unos 200 ml de agua“.
Por su parte, la científica del sueño de Emma Chile llama a “prolongar el tiempo entre la última copa y la hora de acostarse: cuatro horas es lo recomendado“.
Respecto del día siguiente, la científica recomienda “levantarse a la hora habitual, ya que ayuda a mantener controlado el ritmo circadiano (reloj biológico)“.
Además, aconseja no solamente “comer y beber agua justo después de levantarse“, sino también tomar sol.
“La exposición al sol por la mañana puede favorecer la producción de serotonina, que ayuda a sentirse más alerta, motivado y despierto”, argumenta.
“Si se necesita una siesta, se debe procurar que sea de 20 minutos como máximo. Y no más tarde que seis horas antes de acostarse”, concluye la experta.
Finalmente, Ricardo Bascuñán alerta sobre la inconveniencia “de enfrascarse en discusiones bajo los efectos del alcohol. Y si se va a beber, no hay que conducir, definitivamente“.