Loey Lane, una joven estadounidense de 22 años, ha hecho que los cánones de belleza impuestos por la industria de la moda y la publicidad se tambaleen una vez más.
Esta exitosa youtuber o vlogger, quien cuenta con más de 350.000 suscriptores, se siente muy orgullosa de su cuerpo y se convirtió en referente del mundo de la moda y el maquillaje entre las jóvenes comunes, a quienes aconseja a través de las redes sociales. “Soy una mujer deslumbrante gracias a mi cuerpo, no a pesar de él” explica Lane.
Pese a las criticas y consejos que recibe para que baje de peso -incluso de algunas de sus seguidoras- Lane lo tiene claro. “Tengas el peso que tengas no necesitas la aprobación de nadie. Si pensáis que a la gente le importa más vuestra opinión que como se sienten ellos mismos deberíais replantearos vuestras ideas”, dice.
Y aunque Lane capea la lluvia de comentarios negativos con determinación, éstos se vuelven más feroces en verano, época en que la vlogger sube a las redes sociales sus consejos sobre las tendencias y modelos de bikini que se llevarán en la estación estival. Incluso, en varias ocasiones, YouTube ha calificado sus videos como “contenidos para adultos”.Sin embargo, lo que más le molesta a la joven, no es que la plataforma restrinja sus consejos, sino que la gente se incomode al ver a una mujer con sobrepeso. “Me molesta que tanta gente tenga miedo a las chicas gordas”, dice.
Indignada Lane decidió poner fin a las ofensas y en uno de sus últimos vídeos hizo una lista llamada “¿Por qué las gordas no deben llevar bikini?”. En el documento visual -que ya tiene más de 1.200.000 visitas- hace un despliegue de los motivos por los que la gente condena a las mujeres gordas a ocultar su cuerpo.
Según Loey, algunas de las razones son que “los bikinis no sientan bien a las chicas gordas”, “la gente se siente incómoda al ver tanta piel”, “dicen que promovemos la obesidad”, “cuando alguien tiene sobrepeso y no lleva un bañador de una sola pieza, dicen que busca llamar la atención y que la gente comente”.
El debate sobre el ideal de belleza, que tortura a millones de mujeres en todo el mundo, está instalado. El concepto del “cuerpo perfecto” responde a una convención cultural y varias pruebas de ello nos dejo el pintor flamenco Paul Rubens, en el siglo XV. Una de ellas, las bellas y voluptuosas Tres Gracias.